Una espumosa y cautivadora bebida, el champán o champagne, en su francés original, es un vino que genera y mueve pasiones. Es invitado perenne en veladas o celebraciones de carácter especial. Sin embargo, las equivocaciones están a la orden del día. Errores muy típicos que no permiten que sus excelentes cualidades sean aprovechadas.
La enóloga francesa Elise Losfelt, quien trabaja para la casa Moët & Chandon, aclaró dudas sobre el tema. La experta reveló algunas confusiones que se tienen al momento de servir o saborear una buena copa.
Para disfrutar de su champán, evite…
Usar una copa alta
Sin dudas, una copa en forma de flauta otorga un toque de elegancia y estilo. Pero esto perjudica el goce a plenitud. “Su forma estrecha en realidad ahoga aromas y sabores”, expone Losfelt. En contraparte, resalta que una boca muy ancha tampoco es ideal “sobreexpone el champán al aire. Esto ocasiona que las burbujas se escapen demasiado rápido y no dejen disfrutar de todos los aromas”.
Destaca los beneficios de utilizar una copa de boca mediana, alegando que esta ofrece los aromas en su totalidad. El ejemplar ideal es la copa tulipa, una variante más ancha de la flauta.
Únicamente con comida gourmet o elegante
El maridaje entre vinos y alimentos suele considerarse algo refinado, únicamente destinado a la alta cocina. La enóloga recomienda alejar ese concepto, pues puede degustarse también con alimentos salados o grasos. Comenta que no se debe dudar en acompañarlos con una parrilla, hamburguesa o, incluso, papas fritas.
“Simplemente, disfruta”, dice Losfelt. “Si tienes una botella en la nevera, no esperes a una ocasión especial. Ábrela y verás cómo la ocasión especial vendrá a ti”.
Un épico descorche no es lo mejor
Uno de los momentos más emocionantes al beber champán, sin duda, es el de destapar la botella. Se suele disparar el corcho en lo que representa el inicio de la faena. Sin embargo, muchos sommeliers aconsejan no hacer esto.
El proceso debe realizarse de la siguiente manera: colocar una pañuelo sobre el corcho. Poner el pulgar sobre la tela. Aflojar el alambre, sin quitarlo del todo. Inclinar la botella a unos 45 grados para evitar que el líquido pueda desbordarse. Girar suavemente el corcho hasta que salga.
Dejarlo mucho tiempo refrigerando
Cuando se va a guardar una bebida, es normal reservarla en la nevera. Esta práctica es muy perjudicial para el champán. El tiempo estimado para dejarlo en el frigorífico es de tres a cuatro días. En caso de que vaya a ser consumido en un lapso mayor que este, es mejor guardarlo en otro sitio. Se debe dejar en un lugar oscuro y fresco.
“Si lo guardas en la nevera durante semanas, eso es un problema, porque no hay mucha humedad en el frigorífico y el corcho se secará”, asegura Losfelt. Añade también que “a medida que el corcho se seca, el sellado de la botella disminuye. El champán se irá oxidando, lo que cambiará sus aromas”.
Cuidar cómo sostener la copa
La temperatura adecuada para servir y beber esta bebida espumosa debe oscilar entre 6 °C y 8 °C. Sujetar el trago por el cáliz alterará de gran manera este aspecto. El calor de la mano es muy superior y se transmite fácilmente a través del cristal.
Al calentarse, los sabores y la sensación decaerán notablemente.
Servirse de más
Aunque llenar la copa con el líquido sea la opción más tentadora, no es lo más inteligente. Es otro factor que influye negativamente en la temperatura de la bebida. Al beberse con calma y lentitud, la parte baja rápidamente se calentará.
La medida perfecta es un tercio del recipiente donde será servido. Así, la relación tiempo de consumo y temperatura será adecuada para disfrutarla a plenitud.
Está claro que el vino en todas sus formas y expresiones es un elixir para la humanidad. El caso del champán no es para nada distinto. Evitar estos errores mejorará la experiencia de sabores y sensaciones.
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