El enoturismo es una tendencia en pleno crecimiento. Los amantes del vino quieren vivirlo más de cerca, conocer cómo se elabora y todos los secretos que resguarda. Ante esta movida que va en aumento, el crítico de vinos del diario ABC, Juan Fernández-Cuesta, elaboró una lista de las mejores bodegas españolas que cuentan con un hotel en sus instalaciones.
Para Fernández-Cuesta, cualquier momento del año es ideal para recorrer uno de estos recintos, aunque es más atractivo en tiempos de vendimia. Asegura que, si la casa vinícola posee un lugar diseñado para el alojamiento de los visitantes, la experiencia será definitivamente más completa.
En estas bodegas, podrán hacerse todo tipo de actividades, desde las tradicionales catas y degustaciones, hasta paseos a pie o a caballo por los viñedos estarán a disposición de los enoturistas.
Abadía Retuerta (Valladolid)
Un destino lleno de historia. La edificación fue construida en el siglo XIII como un monasterio que ahora es un hotel de lujo y una bodega innovadora. Cuenta con 27 habitaciones y tres suites .
Sus huéspedes no solo pueden gozar de una estadía llena de lujo y buena atención, sino de un sinfín de experiencias en torno al vino que se produce allí, entre los que destacan sus tintos y blancos. Además, cuentan con otros atractivos como restaurantes y spa.
Arzuaga (Valladolid)
Aquí, los buenos vinos y las experiencias maravillosas no faltan. A 30 kilómetros de la ciudad de Valladolid se ubica este paraíso para quienes gozan con furor de una copa fenomenal. El crítico de ABC afirma que disponen de todo tipo de actividades y que recorrer la bodega dejará un grato recuerdo.
Entre sus ofertas más destacadas están participar en la vendimia, solo disponible durante la temporada, y el paseo por su reserva natural, donde abundan ciervos y jabalíes.
Emina (Valladolid)
La casa vinícola pertenece al Grupo Matarromera, propietarios de varias bodegas en territorio español y que, según Fernánez-Cuesta, “tiene un claro enfoque enoturístico que sobresale con sus instalaciones en Valbuena de Duero”.
Las instalaciones del hotel resaltan por su estilo rural, donde la delicadeza y el cuidado de los detalles siempre están presentes. Los viajeros podrán gozar de sus excelentes rosados, además de degustaciones, paseos e, incluso, talleres de coctelería con vino.
Finca la Estacada (Cuenca)
Otra de las bodegas españolas destacadas para pasar la noche. Un total de 278 hectáreas de viñedo esperan a ser recorridas por los aventureros de la bebida fermentada
Con un restaurante, 25 habitaciones con vista a los inmensos campos de vid y un spa dedicado a la vinoterapia, es un sitio a tomar en cuenta para vacacionar.
Finca Los Arandinos (La rioja)
Producen vino desde hace cuatro generaciones y son hotel desde 2011. En el recinto, explican sus propietarios, se “puede dormir en una habitación sobre la nave de barricas, visitar nuestra bodega, pasear por sus viñedos, relajarse con un tratamiento de vinoterapia y acabar el día con una cena en nuestro restaurante”.
Marqués de Riscal (Álava)
El hogar de uno de los grupos empresariales más importantes del vino ibérico. Es una oda al lujo y al diseño, con una estructura fuertemente llamativa que se presenta como uno de sus atractivos principales.
“Nada es eterno, pero cuando uno ha probado vinos del siglo XIX en las entrañas de esta bodega… Nada es eterno, excepto Marqués de Riscal”, comparte Juan Fernández-Cuesta.
Mastinell (Barcelona)
De las locaciones idóneas para conocer a fondo Penedés y los deliciosos cavas de la región, especialidad de la casa. “Rodeado de maravillosos viñedos, ofreciendo un sinfín de actividades de enoturismo. Descubre el corazón del vino y el cava catalán con nuestras actividades relacionadas con la bebida”, citan en su web oficial.
Además, tiene ofertas gastronómicas y de relajación muy apropiadas que complementarán la visita.
Pago de Cirsus (Navarra)
Un antiguo castillo es el sitio donde los visitantes podrán sentirse como mismísimos miembros de la realeza mientras beben y gozan del buen vino español.
Pasear por su bodega, ver sus tanques de fermentación y sus barricas será todo un deleite. Asimismo, cuentan con actividades variadas.
Pago del Vicario (Ciudad Real)
Hotel, restaurante y viñedo se fusionan en un destino donde la tradición y la vanguardia son notables. Poseen más de 130 hectáreas de extensión, donde la diversión y el relax son premisas que no se rompen.
Quienes pasan por sus instalaciones brindan en un mar de vinos elaborados con “Tempranillo, Garnacha tintorera, Merlot, Syrah, Cabernet sauvignon, Petit Verdot Graciano para vinos tintos y Chardonnay y Suavignon blanc para vinos blancos”.
Puelles (La Rioja)
Otra de las bodegas españolas que resalta Fernández-Cuesta. Está alejada del pueblo, por lo que “la paz” es una constante. El crítico explica que aunque sus vinos sean poco conocidos, no carecen de calidad e invita a animarse a no dejar espacio alguno sin recorrer.
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