Hablar de vinos de Argentina es hablar principalmente del Malbec. Una uva tinta originaria de Francia que resurgió con excelencia en territorio sureño convirtiéndose en su cepa emblema. El Malbec blanco es la última innovación de Argentina para el mundo. Es posible gracias a la vinificación en blanco de uvas tintas.
Proceso de elaboración del Malbec blanco
Cuando se va a elaborar un vino tinto, las uvas son maceradas con sus pieles, que son las responsables de aportar el color. En el caso de aquellos vinos blancos elaborados con uvas tintas (como el Champagne), el proceso es diferente. Las uvas son sometidas a un proceso de despalillado y estrujado, en donde son separadas de su piel, semillas y raspones. Ya que todos esos elementos aportan color y tanicidad, caracterísiticas no deseables en los vinos blancos.
El Malbec blanco está elaborado con este proceso. Sin embargo, no llega a ser totalmente blanco o translúcido como el vino blanco al que estamos acostumbrados. Es más bien un vino rosado muy claro. Es probable que adquiera algo de color en el momento del estrujado y luego en la barrica en donde pasa al menos seis meses de crianza.
Notas de Cata de un Malbec Blanco
Vincentin Blanc de Malbec. Mendoza, Argentina. 2015.
- Vista: Color salmón, pálido, brillante.
- Nariz: Fresco. Sutiles aromas a frutos rojos frescos, ligeramente floral y mineral.
- Gusto: Tiene la frescura de un blanco y el cuerpo de un tinto. De largo final.
- Armonía sugerida: Por ser un vino que aporta características de blanco y también de tinto, las armonías eno-gastronómicas pueden ser muy variadas. Se sugiere para acompañar ensaladas tibias, quesos frescos y semi-madurados, platos a base de pescado con salsas de crema, pastas con salsas a base de tomate, carnes blancas o carnes rojas al grill.
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