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Remedios caseros que puede hacer con cuatro hortalizas

Las hortalizas son fundamentales en la cocina y tienen múltiples usos. Algunas de ellas también poseen usos medicinales, que quizás muchos desconocemos, pero que desde tiempos remotos han servido de remedios caseros.

Si es de aquellas personas que evita, en ocasiones, tomar fármacos, aquí van algunas sugerencias de remedios caseros que podrían servirles, con cuatro tipos de hortalizas. 

Cebolla

Cebollas

Para los cólicos en bebés, trocee una cebolla, póngala en agua caliente a modo de infusión unos minutos. Déjela enfriar y déle una cucharadita al bebé. Para tratar sabañones, frote la superficie afectada con una cebolla cruda.

Otro de los remedios caseros con esta hortaliza sirve para bajar una fiebre no muy alta. Ase una cebolla grande al horno durante 40 minutos, macháquela para extraer su jugo y mezcle con una cantidad igual de miel. Tome dos cucharaditas de la mezcla cada dos o tres horas hasta que baje la fiebre.

Repollo

repollo

El repollo puede utilizarse como cataplasma en articulaciones artríticas. Quite dos o tres de las hojas exteriores más grandes. Corte los tallos y las venas centrales y machaque las hojas con un rodillo. Póngalas al vapor durante unos minutos o en un microondas hasta que estén calientes (sin escaldar).

Luego, cubra la articulación con las hojas y apriételas con una venda. Déjelas así durante 15 minutos y repita la operación varias veces al día. Este es un remedio muy bueno para la osteoartritis, artritis reumática, lesiones deportivas, torceduras y esguinces.

Escarola

Escarola
Foto vía: 65ymás

Las hojas de escarolas machacadas son buenas para las articulaciones hinchadas y erupciones de la piel. Caliéntelas al vapor y póngalas en la zona afectada durante 15 minutos.

Apio nabo

Apio nabo
Foto vía: Cookforyourlife.org

Esta hortaliza también es utilizada para preparar remedios caseros. Por ejemplo, un vaso de jugo apio con zanahoria al día es un buen diurético.

En caso de gota o artritis, ponga una cucharadita de semillas de apio en una taza, llénela de agua hirviendo, cúbrala y déjela así durante 10 minutos. Vierta la infusión a través de un colador, añada un poco de miel y tome una taza tres veces al día.

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