Se dice que una manzana al día te ahorraría ir al médico, pero un par de ellas puede ser un verdadero tónico para el corazón y la circulación. Esta fruta es rica en una fibra soluble llamada pectina, que ayuda a eliminar el colesterol y protege de los contaminantes medioambientales.
En países como Francia, Irlanda e Italia realizaron investigaciones que demostraron que comerse dos manzanas al día puede reducir los niveles de colesterol hasta un 10%. En ese sentido, la pectina se une a metales pesados, como el plomo y el mercurio, y ayuda al organismo a eliminarlos.
Se trata de una fruta muy completa, saludable y con un bajo aporte calórico. Se calcula que cada una posee más o menos 80 calorías. Básicamente es hidratante y refrescante, pues el 85% de su composición es agua.
A todo esto se unen otros nutrientes. Por ejemplo, tiene vitamina E o tocoferol y vitamina C, que aumenta las defensas inmunológicas del organismo. Esta última varía según el tipo de manzana.
También destaca por la presencia de minerales, como potasio, pocas porciones de zinc, azufre, manganeso, flúor, yodo y selenio. Incluso, contiene ácido málico y ácido tartárico, que ayudan a hacer la digestión, sobre todo, con alimentos ricos en grasas.
Tradicionalmente la manzana se ha utilizado para tratar molestias estomacales. Los naturópatas recomiendan rallarla, dejar que adquieran un color marrón y mezclarlas con un poco de miel, como remedio contra la diarrea.
Pero adicionalmente, es una buena arma contra el estreñimiento, debido a su fibra soluble, y son ideales para las personas con artritis, reumatismo, gota, colitis y gastroenteritis, lo que las convierte en un alimento muy versátil.
Tenga en cuenta
Al momento de comprar manzanas, deseche aquellas que presenten golpes, zonas blandas, que tengan manchas o mal aspecto. Elija siempre aquellas de piel intacta y que estén duritas.
Se recomienda que las mantenga a temperatura ambiente, en un lugar fresco, aunque si las guarda en la nevera, sáquela unos minutos antes de comerlas, para apreciar mejor su aroma, pues su olor tiene un efecto relajante, que ayuda a bajar la tensión.
Su dulzor proviene tipo de la fructosa, que se deshace lentamente, ayudando a equilibrar los niveles de azúcar en la sangre.
Cómo y cuándo comerla
Esta rica fruta puede comerla cruda o ligeramente asada. El doctor Rafael Arciniegas (@arciniegas1, en Instagram), especialista en obesología y psiquiatría del Centro Clínico Profesional Caracas, recomienda que las frutas hay que comerlas los más temprano posible, ya que el cuerpo las metaboliza mejor y así aprovechar todos sus nutrientes, que no hacen el mismo efecto en el organismo en otras horas.
En el caso de la manzana, aconseja consumirla a más tardar hasta el mediodía. En ese sentido, especifica: “Es ideal comerla a mitad de mañana como merienda, mas no como desayuno. Ahora bien, si la persona es atleta o hace mucha actividad física, no habría ningún problema que consuma alguna en la tarde”, precisa el también profesor universitario.
Arciniegas descarta la fruta en la noche. “Salvo que la persona quiera subir de peso, y eso sí, que no tenga problemas de glicemia, resistencia a la insulina o glucosa alta”.
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