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Kombucha, la bebida ancestral china que no pasa “de moda”

En los últimos años, kombucha, una bebida de tradición milenaria china, se ha hecho muy popular en América y algunas regiones de Europa – aunque en el viejo continente llegó a principios del siglo XX-, por ser considerada una alternativa sana. Y es que cada vez más cuenta con una gran cantidad de adeptos, no se sabe si por sus efectos estimulantes y curativos o por simple moda.

Pero, ¿de qué va este probiótico? Consiste en una bebida fermentada (bajo nivel de alcohol), 100% natural, elaborada a base de té negro o verde, ligeramente azucarado y cuya fermentación se consigue por medio de un cultivo de bacterias y levaduras, Scoby (Symbiotic Culture Of Baceria and Yeast), conocido como el hongo de kombucha (circular y gelatinoso), se compra en tiendas especializadas. Durante su procesamiento se produce un efecto efervescente.

Kombucha
El hongo de kombucha es circular y tiene textura gelatinosa

Se está ante un té ancestral, con más de dos mil años, considerado por los chinos como “el elixir de la salud inmortal”. Los primeros indicios hablan de que ya existía desde la dinastía Tsin, en el 221 antes de Cristo.

Sin embargo, una tradición cuenta que por el año 414, Kombu, un monje tibetano apasionado de la naturaleza, fue hasta la casa real del emperador Inkyo y le regaló esos hongos para que le hicieran la bebida, y aliviar así sus problemas digestivos. Desde entonces, también fue consumida por otros emperadores y, tras su éxito, se extendió rápidamente. El nombre de kombucha viene de la traducción que significa “té de Kombu”.

Listo para beber

Kombucha
Existen varias marcas comerciales, que ofrecen distintos sabores / Foto vía: Clearly Kombucha

Aunque hay quienes lo preparan caseramente, existen empresas (algunas con procesos industrializados) que venden este té, fermentado por cultivos simbióticos de microorganismos vivos y biológicamente activos (bacterias y levaduras) ya envasados, listos para consumir, incluso, de distintos sabores, para captar el gusto de los consumidores.

Para muchas personas es la mejor y más sana opción para sustituir los refrescos, ya que está enriquecida naturalmente con aminoácidos, antioxidantes, vitaminas A y B, ácido fólico, enzimas y sustancias antibióticas naturales.

A esta bebida se le atribuyen algunos beneficios (también tiene sus detractores), dado a que todos no tienen respaldo científico como tal. Algunos de ellos son: aporta energía, mejora el sistema digestivo, ayuda a regular la presión arterial, calma la artritis, desintoxica el organismo y contribuye a potenciar el sistema inmune, entre otros.  

Al hacerlo en casa

Kombucha
Si lo hará en casa, cuide los procesos. Es fundamental utilizar envase de vidrio

Como se ha dicho anteriormente, el kombucha se puede comprar ya preparado y listo para beber (verifique la seriedad del proveedor). Sin embargo, hay quienes prefieren hacerlo en casa, por ser un proceso sencillo. Pero se debe tener sumo cuidado y tomar las precauciones necesarias para evitar riesgos.

Por ejemplo, La Kombuchería, una pequeña empresa familiar y tienda ecológica, creada en 2003 y ubicada en el español pueblo de Vejer de la Frontera, en Cádiz, comparte una receta básica de cómo usted puede hacer su propio té.  

Pocos pasos

Lo primero es preparar una infusión de té en la proporción de unas 2-3 cucharadas por litro de agua filtrada y se deja reposar 20 minutos. Aconseja utilizar un té de calidad libre de aromas y toxinas (calidad bio).

Luego se añade en caliente 80 g de azúcar blanco por litro (una tacita pequeña de café por litro) y se disuelve bien. Este líquido tiene que enfriarse, hasta llegar a temperatura ambiente, en una jarra o recipiente de vidrio limpio.

Kombucha
Quienes se atreven a prepararlo, le agregan frutas para darle un sabor rico y refrescante

Agregar el hongo de kombucha y también el arrancador (líquido que viene con el primer hongo) o un 10% de una kombucha hecha. Eso ayuda a agarrar rápidamente la fermentación correcta y proteger el fermento de influencias bacteriales. Tapar la jarra o recipiente de vidrio con un pañuelo o tela de algodón porosa y limpia, y se sujeta con una goma elástica o liga. Se deja el recipiente con el té de kombucha, en un lugar, entre 20° a 25°, que no le pegue el sol, entre siete y 10 días.

Después de seis días ya se puede probar la bebida para comprobar su proceso. Según el grado de fermentación deseado (más tiempo igual menos dulce), le puede retirar el hongo para envasar o empezar una segunda fermentación. Una vez envasado, la kombucha se guarda en la nevera para frenar los procesos de fermentación (por debajo de 10 grados) o, lo más probable, si lo ha preparado con éxito, beberlo directamente.

Es importante que al guardar la bebida la botella esté de pie y su almacenamiento sea entre cinco y 10 grados. Si está en un ambiente de calor, acelera su producción de ácido carbónico (menos dulce) y si está en frío la desacelera.

Sobre los riesgos

Básicamente, las marcas serias que ofrecen esta bebida, y que pasan por controles de calidad y sanidad, no han registrado mayores problemas. Los peligros de tomarla es cuando se hace artesanalmente en casa, sin las precauciones correspondientes. 

Dado a que se está ante un producto fermentado (el hongo), no escapa a que haya riesgos con fermentos a base de cultivos contaminados o por contacto con bacterias no propias o la formación de mohos en un ambiente no adecuado.

Kombucha
Si expone el té a un ambiente de calor, acelera su producción de ácido carbónico (menos dulce)

Quienes se dedican a elaborar este té milenario, como el caso de La Kombuchería, aseguran que “si está elaborado a base de un cultivo (hongo) sano y limpio, con ingredientes controlados, de buena calidad y en la debidas condiciones sanitarias de higiene, no se contaminará. Y como una contaminación en los cultivos es visible ya antes, una probable ‘intoxicación’ es evitable”.

Y ante una pregunta frecuente, acerca de quiénes no deberían consumirlo, precisa: “Aquellas personas con anomalías de salud, sobre todo con debilidades en el sistema inmunitario, intestinal o hepático, no deberían tomar bebidas fermentadas o probióticas sin consultar a su médico. Tampoco recomendamos el consumo en grandes cantidades de kombucha en embarazo o lactancia, si no se ha consumido antes, ya que los efectos desintoxicantes causarán temporalmente un aumento de radicales en la sangre”.

Tampoco es recomendable en niños menores de 12 años, diabéticos y quienes sufran enfermedades renales y cardíacas.

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