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Los huevos son una valiosa fuente de nutrientes

El tema del colesterol convirtió por mucho tiempo a los huevos en “los malos de la película”, al relacionarlos con las enfermedades del corazón. La confusión surge por el desconocimiento de la diferencia entre el colesterol en la dieta y el que está en la sangre.

No hay duda de que un nivel alto de colesterol en la sangre (producido por el organismo a partir de grasas animales saturadas) aumenta el riego de enfermedades coronarias, pero el que está en los huevos o el marisco, no se añade al colesterol que circula por la sangre y no debe constituir una preocupación, excepto si se tiene en un nivel muy elevado o enfermedades que conlleven una producción excesiva de éste.

Huevos

Por años expertos norteamericanos y británicos aconsejan no más de tres o cuatro huevos a la semana, pero la Organización Mundial de la Salud, aboga por un total de 10 (incluidos los utilizados para cocinar). Son una fuente increíble de proteínas, aunque lo importante en las proteínas de un alimento no es su cantidad, sino su calidad.

Los nutricionistas apelan al término Utilización Neta de Proteínas (UNP) para medir la disponibilidad biológica de las fuentes de proteínas. Por ejemplo, las lentejas tiene una UNP de 30, la soya de 63, el queso de 70, mientras que el índice de los huevos es de 94. Dos huevos duros aportan más de un cuatro de las proteínas diarias en la mujer y más de un quinto en el hombre.

Este alimento es rico en zinc y en vitaminas A, D, E, y B, especialmente B12, escasa en dietas vegetarianas. Dos huevos aportan más de la cantidad necesaria de este nutriente.

Duros y cocidos

Huevos

Una de las principales sustancias de la yema es la lecitina, esencial en los procesos metabólicos del organismo, incluida la dispersión de depósitos de grasa y colesterol. La lecitina previene el desarrollo de enfermedades coronarias y la formación de cálculos biliares y favorece la transformación rápida de la grasa en energía.

También los huevos son un importante alimento para la mente, ya que contribuyen a la memoria y la concentración, así como al equilibrio mental y emocional.

El valor nutritivo de los huevos de gallina, pato, codorniz, oca o gaviota es similar. La única excepción son los de gallina de granjas industriales, que contienen menos vitamina B12, así como las sustancias añadidas por la comida artificial que toman estos animales. Igualmente, presentan mayor riesgo de salmonella, por lo que deben comerse bien cocinados, si no son de corral.

Son buenos para la artritis reumatoide y la osteoartritis y muy útiles como protección contra el cáncer, para el corazón y la anemia. Resultan beneficiosos igualmente para la función sexual masculina. Se recomienda comerlos duros o cocidos para evitar las grasas añadidas.

Tenga en cuenta que es frecuente la alergia a los huevos, sobre todo si se introducen pronto en la dieta infantil. En los niños pueden provocar ataques de asma. Y cuidado con la salmonella. Las mujeres embarazadas, niños, ancianos y personas con problemas inmunitarios solo deben comerlos duros, cocidos y fritos con la yema dura.

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