Las ensaladas se han mantenido desde hace varios años como una válida tendencia hacia una vida sana. Cada vez es mayor el auge que adquieren en la alimentación diaria, muchas veces en rol protagónico.
Sea una entrada fresca, de acompañamiento para carnes, aves o pastas, o simplemente como plato principal, siempre terminan siendo nutritivas, ligeras, y por supuesto, deliciosas.
Las verduras, aparte de aportar colorido y textura, poseen un gran valor nutricional. Las que tienen hojas verdes -debido a la alta concentración de clorofila-, cuentan con pocas calorías y mayor mineralidad.
Las que son amarillas y anaranjadas, tienen betacaroteno (pigmento que actúa como antioxidante), sustancias que en el cuerpo se transforman en vitamina A. Ejemplo de ello: la zanahoria.
Ahora bien, las que son rojas como el tomate, o las transparente como la cebolla, concentran gran porcentaje de vitamina C. Las raíces y los tubérculos son muy versátiles y se adaptan a los distintos sabores que se les otorgan al prepararlos.
Para que estén saludables
Para lograr que sus ensaladas estén frescas y atractivas, tenga en cuenta estos consejos. A los tubérculos hay que hacerles una especie de cepillado antes de comenzar la cocción. De hecho, investigaciones han comprobado que limpiarlos al igual que las hortalizas con agua caliente amplia su vida útil. Por ejemplo, la papa tiene la mayor parte de nutrientes en su concha.
Para evitar que las hortalizas pierdan vitaminas y minerales, es conveniente que las cocine con su concha y preferiblemente enteras. Al hervir los vegetales tenga siempre presente que debe incorporarlos en el momento que el agua está en su punto de ebullición.
La opción para refrescar el célery o apio es sumergir en agua la parte inferior de su tallo.
Hay a quienes el ajo les resulta un tanto pesado o les produce acidez. Para que eso no ocurra, córtelo al medio y quítele el brote blanco y verde que está en el centro. Si le gusta congelar el brócoli, está muy bien, pero antes de hacerlo, hiérvalo unos minutos hasta que adquiera un verde brillante.
Para que la lechuga no se le deteriore rápidamente, el secreto está en mantenerla aislada del resto de las verduras. En caso que desee consumir tomates, pero estos están un tanto verdes, lo que debe hacer es meterlos dentro de una bolsa de plástico cerrada, así madurarán rápidamente.
Un buen dato: si quiere que las verduras mantengan sus colores vivos, lo único que debe hacer es agregarles una pequeña cantidad de leche al cocinarlas.
Larvarlas con cuidado
Los vegetales que crecen en contacto directo con la tierra: papas, zanahorias, rábanos, espárragos, etcétera, deben lavarse con mucho cuidado, especialmente las verduras de hoja. Tenga siempre en cuenta que una limpieza adecuada ayudará a eliminar completamente restos de tierra, insectos o residuos químicos. Así tendrá ensaladas “sanas”.
También guarde las verduras en un lugar fresco y alejado de la luz del sol, ya que de esta manera, evitará que se vuelvan húmedas o que sufran pérdidas de nutrientes. En la parte menos fría de la nevera se conservan por mucho más tiempo: entre dos y cuatro días.
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