Más de una vez habrá leído o escuchado la frase “carne bridada” o “cerdo bridado” en un libro o programa de recetas. Seguramente habrá notado que todas las preparaciones que se definen de esta manera muestran un trozo de carne amarrado con una especie de cuerda que le da una forma peculiar y llamativa.
Bridar significa, precisamente, atar o amarrar una proteína de una forma envolvente, con el fin de conseguir una cocción perfecta y que no se deforme mientas se cocina. Cortar una pieza de carne perfectamente cilíndrica o compacta es prácticamente imposible, por ello, esta se brida para que mantenga una silueta vistosa y elegante. Del mismo modo, es un mecanismo efectivo para que la cocción sea uniforme y no queden partes más cocidas que otras.
Por lo general, los alimentos bridados se hacen al horno, guisados o a la brasa. Es un procedimiento muy común en carne de res y de cerdo, sobre todo con el lomo, la parte más tierna y sensible. Para preparar platillos rellenos también es una excelente opción, pues con la carne se hace una especie de rollo que queda fijo y bien amarrado.
Las aves también se pueden bridar, principalmente, cuando están deshuesadas. De esta manera, se pueden rellenar o simplemente darles una silueta uniforme. Ahora, si aún conservan los huesos, apenas se atan las extremidades para que queden bien pegadas al cuerpo y el ave luzca más agradable.
¿Cómo bridar?
Para bridar se necesita hilo de bramante, el cual no se estropea con el calor. El pabilo también funciona muy bien, al igual que las bridas de silicón o las mallas elásticas. El procedimiento es sencillo: se toma el extremo de la cuerda y se va sujetando como si se tratara de amarrar una hallaca. Se hacen nudos con fuerza y la carne se compacta, hasta quedar de la forma deseada.
Para entender mejor el proceso, observe el siguiente video:
¿Ve? Es muy fácil. Pruebe la próxima vez que quiera preparar una espectacular cena y notará la diferencia.
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