Karen’s Diner es un particular restaurante que abrió sus puertas en Australia. A las semanas, no tardó en ser tendencia, para bien o para mal, por lo que allí ocurre. Esto hizo que creciera en sucursales, en ese país y en otros, como Nueva Zelanda, Reino Unido y Estados Unidos.
Pero, ¿qué es lo que ocurre en este establecimiento? Que su premisa es tratar mal a los clientes, donde la falta de modales forma parte del servicio. Allí los comensales viven una “experiencia interactiva absurdamente divertida”.
Porque sí, en Karen’s Diner eres atendido por mesoneros groseros, donde las quejas no tienen cabida. El restaurante deja previamente claro su concepto: “Ofrecemos buenas hamburguesas y un muy mal servicio”.
El nombre Karen’s suele utilizarse en Estados Unidos, de manera peyorativa, para referirse a aquellas personas irritables y escandalosas que siempre piden hablar con el gerente.
Una lúdica experiencia
Uno de los primeros avisos de Karen’s Diner es que los menores de 16 años deben estar acompañados de un adulto. De hecho, recomiendan que en ese rango de edad no asistan después de las 5:00 pm. “Advertencia: se utiliza un lenguaje grosero en todos nuestros lugares. No somos Disneylandia”, dejan saber.
Una vez en la mesa, se pueden escuchar expresiones como, “Ohh, ¿qué es lo que quieres, abuela?”. Esto es cuando alguna mujer pide el menú. “Odiamos el buen servicio”, es el lema del negocio, que logra llamar la atención de aquellos que buscan “saborear” una experiencia diferente.
Aparte, hay mesoneros que te pueden robar algo de la comida, te molestan cuando vas a tomar alguna foto, te ponen una bolsa de cartón en la cara, o simplemente te dicen que te vayas.
En cuanto a la comida, el restaurante se caracteriza por ofrecer hamburguesas 100% artesanales, alitas, papas fritas, malteadas, cocteles y, como destacan, “sabrosos bocados ricos en colesterol”.
Las reglas en Karen’s Diner
Si bien el personal es 100% grosero, el establecimiento tiene algunas reglas que sus trabajadores deben cumplir a cabalidad, al igual que los clientes. En este sentido, no están permitidos comentarios sexistas, ni mucho menos homofóbicos ni racistas.
Tampoco está permitido el acoso sexual, la vergüenza corporal, daños al lugar, ni botar y arrojar la comida.
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