La vida puede cambiar de un momento a otro por eventos inesperados, más si se trata de uno tan cruel como la guerra. Con experiencia en la industria culinaria de diferentes países, la chef Ksenia Amber tuvo que huir de su natal Ucrania por el inicio del conflicto bélico con la vecina nación de Rusia. Hoy en día, el mundo conoce su historia y hace lo que mejor sabe para ayudar a su país: cocinar.
Oriunda de la ciudad de Odessa, la profesional de los fogones se encontraba en la capital, Kiev, cuando todo estalló. Desde entonces, su día a día ha dado un giro de 180 grados y su objetivo principal es ser de ayuda a los afectados por la invasión rusa.
Una pasión que se transformó en una misión de solidaridad

Apasionada por la cocina, Amber se formó en el Culinary Institute of America de Nueva York. A raíz de esa experiencia, ha confesado que siente gran admiración por los cocineros norteamericanos, en especial por el legendario Anthony Bourdain. “Anthony Bourdain era mi todo. Cuando empecé en la cocina, él era el gran aventurero”, comenta sobre una de las figuras que la inspiraron.
Con el pasar de los años, Ksenia pasó por varios restaurantes e incluso llegó a dar clases de cocina. De hecho, estaba dictando un curso en la capital ucraniana cuando los tambores de guerra comenzaron a oírse.
“Cuando todo empezó, yo estaba en Kiev. Estuve dando un par de masterclasses a chefs locales: nociones básicas, cuchillería, salsas… Teníamos previstos tres días de clases pero pudimos tener solo dos, porque el 24 de febrero empezó todo. Mi cuñado me llamó temprano en la mañana y me dijo: súbete al auto y ve a Odessa”, comentó en una entrevista.

Su regreso a su ciudad natal fue mucho más largo de lo usual, pues debieron tomar caminos poco convencionales para evitar cruzarse con fuerzas militares de su país. Una vez en Odessa, puso su restaurante a disposición de los afectados y de los militares, alimentando a todo quien lo necesitara.
Amber fue una de las pocas personas de su familia que pudo huir del país, pues su esposo y otros hombres no tienen permitido abandonar el territorio. Mientras, las mujeres mayores como su madre y su abuela le han dicho que “no dejarán Ucrania bajo ningún concepto“.
Una oportunidad de ayudar desde la cocina

Debió pasar por varios países hasta finalmente recaer en España. Allí, lejos de distanciarse de la situación, comenzó a generar sociedades que la ayudaran a colaborar con las personas de su nación. Entre ellas, con World Central Kitchen, la fundación del chef José Andrés que ha repartido millones de comidas en las fronteras ucranianas. Además, ha organizado diversas cenas benéficas.
Para Ksenia fue impresionante ver las numerosas muestras de afecto y apoyo. “Fue un shock para mí, porque todos estos extraños, personas que nunca antes había conocido, me estaban brindando mucho apoyo. Me ayudaron a mantenerme fuerte y eso ha sido muy importante para nosotros”, dijo.
La ucraniana también ha tenido espacios con peso para enviar mensajes de solidaridad. Ha tenido presentaciones estelares en congresos gastronómicos como Madrid Fusión, donde presentó el borsch, plato nacional de Ucrania, y en Identitá Golose, en Italia.
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