A Jordi Cruz es imposible no recordarlo por ser uno de los jurados del reality gastronómico Master Chef. Su personalidad y su particular forma de decir las cosas en torno a los fogones es su rasgo más llamativo. Sin embargo, detrás de esa figura implacable y estricta, hay todo un artista de la cocina.
Con 39 años de edad, es uno de los más destacados de España y del mundo. Actualmente, es chef del restaurante ABaC, el segundo de Barcelona desde noviembre de 2017 y con tres estrellas Michelin. Es conocido, precisamente, por recibir galardones a granel, incluso cuando apenas era un novel cocinero.
Lo suyo es cocinar
Jordi nació el 29 de junio de 1978 en Manresa, Barcelona. Fue a los siete años cuando descubrió que lo suyo era la cocina. “Supongo que me di cuenta de que me gustaba mucho la cocina, que se me daba bien y que lo demás se me daba mal. Que en la vida se trata de apostar por algo, por elegir el camino y dedicarle toda tu atención. Es una manera de prosperar, y si lo puedes hacer en algo que te gusta, mejor que mejor”, contó para el portal Verema, en 2014.
Cursó estudios de cocina en la Escuela Superior de Hostelería, Joviat, también en dicha región. Cuando apenas tenía 14 años de edad, comenzó a laborar en el restaurante Estany Clar de Cercs. Con 24 primaveras, recibió su primera estrella Michelin. La consiguió por su trabajo en dicho establecimiento, y quedó como el chef español más joven en obtener tal distinción.
Ese mismo año, ganó el Campeonato de España para Jóvenes Chefs, y, en 2003, obtuvo dos galardones: Premio Internacional de Cocina con Aceite de Oliva de Jaén, Paraíso Interior, y el premio del Campeonato de España para Jóvenes Valores, Ciudad de Marbella. Más tarde, se coronó en la primera edición de Concurso Cocinero del Año (CCA), evento que, junto al chef Martin Berasategui, coordina como vicepresidente del jurado en la actualidad.
El Estany Clary vio partir a Jordi a finales de 2007, cuando pasó a ser gerente y jefe de cocina del Angle de Món Sant Benet, local barcelonés. Posteriormente, ganó una estrella Michelin en ese restaurante. En 2010 se marchó a su lugar actual, el ABac, que había perdido su segunda estrella tras la marcha de Xavier Pellicer. No obstante, esta fue recuperada al poco tiempo por Cruz, para que luego alcanzara finalmente el trío de puntiagudas este año.
Fue galardonado como Chef de l’Avenir 2013 por la Académie Internationale de la Gastronomie (Academia Internacional de Gastronomía).
Multifacético
Jordi no se queda solo con su ABac ni con la televisión. Además de gestionar el Angle, posee un gastrobar llamado Ten’s Tapas, que inauguró en 2012, en el Born de Barcelona. En 2016 abrió el Atempo bistró-cosmopolita, ubicado en el hotel The Mirror Barcelona. Este último bajo un concepto de bistró tradicional y en el que se ofrecen platos internacionales clásicos.
Asimismo, es autor de cinco libros sobre gastronomía. Estos son el Cocina con lógica, Grandes platos para todos los días, El cocinero tenaz, Cocina en casa como un chef y Tapas con rock n’roll.
Continúa como miembro del reconocido concurso gastronómico Master Chef en sus tres presentaciones: el Clásico, el Celebrity y el Junior.
Estilo
Jordi define su cocina como evolutiva e inquieta, marcada por la fusión de lo innovador y lo tradicional. “La importancia del producto es fundamental, la calidad es indispensable y el aprovechamiento del mismo es ley inquebrantable. Una cocina donde tradición y vanguardia trabajan de la mano. Donde no se molestan, donde no se incordian, donde se unen en una sola cocina en la que el producto es la arteria principal”, dijo Jordi en la entrevista para el blog Verema.
Las estaciones y el fruto del momento son lo suyo. Darle el mejor tratamiento a lo que ofrece la tierra en determinado momento es su principal intención, cada vez que de cocinar se trata.
“Pues, mira, hay un plato para cada momento. El veranito está aquí, los buenos tomates se acercan, los buenos pimientos también. Hace un año que no me tomo un buen gazpacho… pues ahora mismo el gazpacho. Y cuando llegue la temporada de la trufa, me voy a pensar 50 platos que ofrecería a cualquier cliente, porque lo que me apetece no es un plato, es la trufa. En la diversidad siempre está el gusto”, contó en la tertulia mencionada.
Que no queden dudas de que Jordi es un verdadero apasionado de su profesión y de las bondades de los alimentos. Ahora es que le queda talento para demostrar y enseñar a futuras generaciones.
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