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Helena Rizzo, la modelo de la cocina

Cuando se es amante del arte, es inevitable, para muchos, dejar por fuera la gastronomía. Tal es el caso de la cocinera brasileña Helena Rizzo, quien tras pasearse por diversos ámbitos artísticos, terminó eligiendo la cocina como una deliciosa forma de expresión.

Hija de madre artista y padre ingeniero, Rizzo nació en 1978 en la ciudad de Porto Alegre. Desde muy joven, la influencia de sus progenitores comenzaba a notarse, por lo que a tener la mayoría de edad optó por una carrera que unificaba sus dos profesiones: arquitectura.

Con el pasar de los meses, la futura cocinera cambió de aires y se mudó a São Paulo con el fin de conocer la vida de una forma independiente. Esto también llevó a que sustituyera los planos por las pasarelas, iniciándose por el mundo del modelaje. Durante aquellos años, trabajó asimismo como camarera en algunos restaurantes de la localidad, lo que la llevó a descubrir la cocina como su verdadera pasión.

Helena Rizzo, la modelo de la cocina
La brasileña estudió arquitectura y fue modelo antes de dedicarse a la cocina / Foto vía: Pinterest.com

Los fogones la motivaron a ser aprendiz en diversos locales, donde trabajó con reconocidos chefs de su país como Emmanuel Bassoleil, Luciano Boseggia y Neka Barreto. Su rápida adquisición de conocimiento la condujo a dirigir el restaurante Na Mata Café, del cual llevó las riendas siendo aún muy joven.

Con apenas 21 años, quiso expandir sus horizontes, por lo que tomó sus maletas y se trasladó a Europa, cuna de la alta cocina. Su destino fue Italia, donde formó parte del equipo del establecimiento milanés Sadler, que ostentaba dos estrellas Michelin.

De codearse entre los grandes, a ser una

Helena Rizzo, la modelo de la cocina
Junto a su esposo, el español Daniel Redondo, abrieron las puertas del restaurante Maní en São Paulo / Foto vía: ALaCarta.com.py

Durante su travesía se trasladó a España, donde pasó por diversos locales hasta recalar en uno de los fogones más renombrados del planeta: El Celler de Can Roca, en 2002. Su pasantía en el restaurante catalán puede ser catalogada como de las más fructíferas de su vida. Esto último, tanto por las experiencias profesionales como sentimentales, pues en dicho lugar conocería a quien se convertiría en su esposo, Daniel Redondo, jefe de cocina de El Celler en aquel entonces.

Fue durante ese pasaje cuando comprendió que “la comida puede ser un medio de expresión artística, y no sólo un trabajo mecánico y monótono”. Una vez que captó la esencia del oficio, se ganó la confianza de los hermanos Roca, quienes incluso le brindaron la posibilidad de dirigir uno de sus restaurantes, el Moo, también en la ciudad condal.

Finalmente, sintió que su viaje había terminado, convenció a Redondo de mudarse con ella a Brasil y juntos abrieron las puertas, en 2006, de su hogar culinario: Maní.

Maní es así

Helena Rizzo, la modelo de la cocina
El restaurante figura entre los mejores de Latinoamérica / Foto vía: Efe.com

Ubicado en São Paulo, el restaurante es una combinación de gastronomía brasileña con influencias de las tendencias innovadoras de Europa. Poco a poco, el lugar comenzó a hacerse un nombre entre los comensales de la localidad.

El reconocimiento a su gran quehacer culinario llegó en 2013, año en que se publicara la primera lista Latin America’s 50 Best Restaurants a los mejores destinos de la región, quedando en el quinto puesto. Desde entonces, la chef ha sabido mantenerse en el ranking de manera consecuente, ubicándose el 12vo lugar en 2018. Además, posee también una estrella de la Guía Michelin desde 2015.

Entre otros grandes logros, fue nombrada como la mejor cocinera del mundo por la revista Restaurant en 2014, siendo la segunda en lograrlo tras la francesa Anne-Sophie Pic.

La filosofía de Helena Rizzo

Helena Rizzo, la modelo de la cocina
Los platos de Rizzo combinan estilos brasileños y europeos / Foto vía: TheWorlds50BestRestaurants.com

Helena Rizzo ahora cocina sola, pues redondo se desligó para centrarse en otros proyectos. Ahora, su estilo busca “servir los ingredientes más frescos en una experiencia que combine técnica y sabor, invención y tradición, provocación y memoria afectiva”.

Maní, proviene de una antigua leyenda brasileña, en la cual una hermosa diosa homónima murió y se transformó en la popular mandioca (yuca). De tal forma, busca honrar la identidad gastronómica de su nación en una fusión con las técnicas y métodos que aprendió en el viejo continente.

Helena Rizzo, la modelo de la cocina
Los ingredientes locales no faltan en sus preparaciones / Foto vía: Roof-Magazine.com

Según Latin America’s 50 Best Restaurants, entre sus platos ilustres destacan los bombones de foie gras con pasta de guayaba brasileña, siempre acompañados de una copa de vino Oporto. Además, mandiocas horneadas y servidas con espuma de tucupí (caldo elaborado con las raíces de la yuca), leche de coco y aceite de oliva a la trufa blanca.

Helena Rizzo es protagonista de las historias en las cuales la gastronomía llega para cambiar la vida por completo.

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