Las papas son oriundas de los andes sudamericanos aunque hoy en día se cosechan en muchas partes del mundo. Existen más de 4.000 tipos de papa, aunque la mayoría de las cocinas solo llega a conocer unas cuantas variedades.
A continuación, hablaremos de las más famosas, y las mejores formas de prepararlas (si quieres saber lo mismo sobre las manzanas, acá lo encontrarás).
Papa amarilla: Típica de la cocina peruana, por su textura seca y su capacidad para absorber sabor, se presta para purés y para la famosa causa limeña. También es buena para hornear con un relleno cremoso. Variaciones de este tipo se conocen como “papa criolla”, “papita colombiana” o “papita andina”.
Nicola: Variedad holandesa de forma ovalada y color amarillento. Su textura firme, incluso después de cocinarla, la hace perfecta para hervir o asar.
Russet Burbank: La papa de Estados Unidos. Marrón claro por fuera y blanquecina por dentro, es ovalada y con pocas protuberancias; ideal para hacer papas fritas.
Yukon Gold: Su forma circular y suave piel marrón clara envuelven una piel amarillo suave de sabor ligeramente dulzón y húmedo.
Vitelotte: Una papa francesa de característica piel azul oscura y pulpa violeta. Es descendiente de la papita morada, variedad peruana y boliviana. Al ser cocinada, conserva su peculiar color.
Spunta: También holandesa, esta suave y alargada papa es de gran tamaño y alto rendimiento. Es algo seca, por lo que idónea para hervir o asar ya que no se desmorona.
Colorada: Llegó a las Islas Canarias a mediados del siglo XVI, donde goza de gran popularidad. Son resistentes y muy duraderas, acostumbran cocinarse con piel y tienen abundantes hendiduras.
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