El pasado 17 de enero se cumplió un siglo del inicio de la Ley Seca estadounidense, periodo que prohibió la venta de bebidas alcohólicas en el país por 13 años. Contrario a lo que se pueda pensar, aquella época gris del sector fue una de las más importantes para su evolución.
Por más de una década, el consumo de alcohol estuvo limitado en la nación norteamericana. Pero, pese a la legislación, la Ley Seca dejó un legado en la sociedad y en la forma en que Estados Unidos bebe hoy en día.
Un panorama más amplio
Con las autoridades vigilantes de cumplir la prohibición, americanos debieron encontrar maneras de burlar las medidas gubernamentales. Así, comenzaron a llegar bebidas espirituosas variadas desde Europa, tequilas mexicanos, whiskeys canadienses y rones caribeños. El contrabando fue el principal aliado de quienes deseaban disfrutar con bebidas alcohólicas.
Según algunos expertos, aquellos años ayudaron a diversificar el gusto estadounidense por bebidas que antes no gozaban de tanta popularidad.
Mala calidad y peleas de bandas
Otra de las cosas que dejó la Ley Seca fue una ola de producción artesanal de bebidas de baja calidad. Muchas personas se dedicaron a la elaboración de licores de dudosa procedencia, que tenían el fin de satisfacer la alta demanda.
Asimismo, el comercio ilegal de licor cayó en manos del crimen organizado. Figuras como el famoso Alphonse “Al” Capone, iniciaron guerras entre bandas para apoderarse del mercado.
Era dorada de la coctelería
Sin dudas, aquellos años entre 1920 y 1933 fueron gloriosos y determinantes para los bares del mundo hoy en día. Los bartenders, lidiando con malas bebidas, debieron ingeniárselas para lograr cocteles de calidad que aún se mantienen con vida.
Sin embargo, fue la migración de los mixólogos a otras tierras lo que verdaderamente creó una ola de nuevas recetas. Con limitantes para trabajar tranquilos en su país, muchos salieron a Londres, París e incluso Cuba para convertirse en leyendas de las barras.
En la clandestinidad
Para poder beber y festejar, las personas debían dirigirse a bares clandestinos, conocidos como speakeasy. Sitios a los que pocos tenían acceso y que se ocultaban bajo fachadas de otros negocios para pasar inadvertidos ante la ley.
Actualmente, el concepto se mantiene vigente e incluso ha sido una tendencia en los últimos años. Los bares pequeños y que no están a la vista de todos suelen tener un gran atractivo turístico. Incluso, algunos de los mejores locales del mundo siguen este estilo.
Una oportunidad femenina
Antes de la Ley Seca, la mayoría de los bares y salones permitían la entrada únicamente a hombres. Mientras, con el apogeo de los speakeasy, pocas eran las normas, por lo que las mujeres comenzaron a ser parte de las noches de bebidas.
Cuando las cosas cambiaron, las féminas ya tenían permitido entrar a bares y beber sin problema alguno.
También le puede interesar: ¿Beber en Nueva York? Esto dice 50 Best Bars