En ocasiones, la gastronomía y los sabores pueden ser la única manera de recordar el lugar de donde se viene. Esta es la realidad de Long, el protagonista del filme The Taste of Pho, un cocinero de Vietnam radicado en Polonia que se aferra a la memoria del gusto sin poder avanzar en una nueva cultura.
El largometraje, estrenado este año, ha sido una de las grandes sorpresas del cine culinario. Es dirigido por la japonesa Mariko Bobrik, quien lleva años residenciada en Varsovia, capital polaca. Desde su presentación, ha participado en grandes festivales cinematográficos, incluyendo el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, en la sección Culinary Zinema.
La historia narra la vida de Long y su hija Mía, quienes se mudan a la tierra natal de la esposa del protagonista, fallecida recientemente. Allí, el padre consigue trabajo como cocinero, ofreciendo platos tradicionales del recetario vietnamita. Entre los más destacados que le gusta preparar está el pho, una sopa de fideos y trozos de carne de ternera.
Una nueva perspectiva
A pesar de sentirse a gusto con su empleo, Long empieza a notar que le es imposible adaptarse a la cultura de su nuevo país. Caso contrario al de su hija, quien cambia sus maneras de vestir e incluso llega a reclamarle a su progenitor que no siempre debían comer preparaciones típicas de la nación asiática.
Pero algo hace que el cocinero comience a cambiar su forma de ver la vida. Un día, el restaurante cae en manos de un nuevo propietario, quien obliga a renovar el menú. La propuesta se centraría en el sushi, algo que no agrada a Long. “No soy japonés”, se cuestionaba al pensar en hacer el plato nipón. En su mente sentía que traicionaría sus raíces al cocinar algo que, a su parecer, no le pertenece.
Esta película reflexiona sobre la familia, la identidad, la gastronomía y el mundo actual. The Taste of Pho es un bocado de múltiples elementos que no dejarán que alguien se quede indiferente ante la pantalla.
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