Los principales chefs de Francia se han unido a las campañas de solidaridad y en exigencia de ayudas para el sector de la restauración. Todos ellos, encabezados por le reconocido Alain Ducasse han firmado esta semana una nota en el diario Le Figaro en la que piden al presidente de Francia, Emmanuel Macron, la promulgación urgente de un “decreto de desconfinamiento parcial de la restauración ciudadana responsable”.
A cambio, los chefs se comprometen a promover en el sector una serie de normas sanitarias y de seguridad alimentaria conformes al “nuevo mundo” que se perfila tras la crisis del coronavirus.
“Señor presidente, ayúdenos a hacer de esta terrible prueba una oportunidad para inventar un mundo mejor en el que vivir sea un placer. Reabra los restaurantes. E inventemos una gastronomía y una convivencia ciudadana a la francesa. Estamos listos”, aseguran, además de Ducasse, chefs como Anne-Sophie Pic, Éric Pras o Yannick Alléno.
La lista de firmas incluye a los 17 de los miembros del Colegio Culinario de Francia, una institución creada en 2011 para “promover la calidad de la restauración” y que cuenta con 1.800 restaurantes “de calidad” y otros 900 productores miembros.
Para evitar el temor compartido de “no poder resurgir si continúa su cese de actividad”, los chefs proponen un “vademécum de la restauración” con “cinco grandes compromisos” en materia sanitaria y de calidad de los alimentos que deben respetarse por los restaurantes que puedan reabrir y que, proponen, sea aprobado por el Ministerio de Sanidad, “que podrá controlar su implementación”, según El País.
Entre las propuestas, figura una “sesión de 30 minutos” diaria antes de la apertura del local en la que se haga una revisión de la “experiencia sanitaria” de la jornada previa para revisar todos los protocolos y “garantizar el cumplimiento sistemático” de las normas de sanidad que requiere el coronavirus.
Además, con cada reserva, el cliente recibirá “un vídeo o un correo con la presentación de las medidas de seguridad sanitarias del local” que se deberá comprometer a respetar, al igual que el restaurador.
Solo en Francia, el confinamiento y el cierre de los locales ha afectado a cerca de 175.000 restaurantes y a un millón de empleos directos, a lo que se unen todos los sectores, como la pesca o la agricultura, que basan buena parte de sus ventas en la restauración. Solo en París hay 25.400 restaurantes y bares, según Le Monde.
El ministro de Economía, Bruno Le Maire, ha reconocido en varias ocasiones que el sector de la restauración, al igual que el de la hostelería, es uno de los que más duramente están siendo castigados por la epidemia de coronavirus y ha prometido que estudiará no solo un aplazamiento de las cargas fiscales y sociales, sino incluso su posible anulación para favorecer su reactivación.
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