Asistir a una cata de vinos es una de las actividades más gratificantes para los amantes de esta bebida. Sin embargo, para los nóveles en la materia, puede resultar incierto cómo participar en una sin parecer un novato. Por eso, es pertinente documentarse y seguir algunos consejos prácticos para animarse a probar y aprender.
Todo se inicia desde casa
Muchos recomiendan descansar bien antes de acudir a este tipo de convocatoria, porque en algunas ocasiones se realizan de pie, así que a cargar energías para la jornada.
Otro dato relevante es vestirse para el momento. Más allá del porte algo elegante que puedan tener, lo importante es tomar en cuenta los colores adecuados. Lo ideal es vestir de oscuro y con mangas cortas, ya que son comunes los derrames de bebida y así se disimularán las posibles manchas.
Para las mujeres, se aconseja llevar el cabello recogido.
No perturbar los olores
El olfato juega un papel fundamental. Por ende, evitar perfumes u otros productos con fragancias es beneficioso para apreciar los aromas propios de cada bebida que se vaya a degustar.
Invitar a un amigo
Si hace falta un empujón final para animarse, ¿qué mejor que invitar a una buena amistad? Así ambos podrán ir conociendo y compartiendo sus sensaciones.
Planificarse
Si es posible, es conveniente solicitar una lista de los vinos que serán ofrecidos durante la velada. De esta manera, se podrá armar un plan acorde con el objetivo que se persigue y no se corre el riesgo de dudar ante la diversidad de productos. No obstante, también es bueno ser abierto y aventurarse con cosas nuevas.
Comer es muy importante
Beber alcohol sin haber ingerido alimento alguno es exponerse a embriagarse rápidamente. Por eso, lo ideal es comer algo ligero antes de ir al la cata y durante de la misma, de haber algún tipo de bocadillo o tapa.
Si sabe mucho…
Casi siempre, estos eventos están abiertos al público en general, sean expertos o no en la materia. De ahí que algunos especialistas sugieren no asumir una actitud pedante y ser prudente.
Registrar sensaciones
Tomar notas puede ser algo relajante para asimilar lo que va probando. Asimismo, servirá para próximas consideraciones en cuanto a compras o recomendaciones.
Una ayuda al paladar
Entre vino y vino, siempre es importante dar una limpieza al paladar para poder percibir los sabores de cada uno. Por eso es prudente tomar un poco de agua o comer un poco de pan o queso. Así el sentido del gusto estará preparado para la próxima copa.
En cuanto al agua, es fundamental para mantener el cuerpo hidratado.
Hablar con los que saben
La oportunidad es perfecta para conversar con el enólogo o el encargado de la cata, así que lo indicado es aprovecharla. Se trata de recibir información de primera mano sobre las características de cada una de las muestras.
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