En estos tiempos de crisis, conviene darles una segunda oportunidad a esos alimentos perdidos en algún lugar de la nevera, que no pocas veces terminan en la basura. Es preferible reutilizar las sobras y seguir comiendo bien, además de barato.
He aquí algunas ideas sencillas para preparar platos reciclados y apetitosos, a los que puede apelar a la hora de ahorrar en la cocina. Tome nota:
Los restos de verduras, hortalizas o legumbres puede transformarlos en un buen puré o en una suave crema para una entrada que no lo dejará mal.
Si de restos de carne, pescado o pollo cocido se trata, lo ideal es que con esas sobras haga croquetas, empanadas, rellenar pimientos, dar más sabor a un caldo o una sopa, o bien para un estofado e incluso una ensalada.
Con las frutas que estén algo tocadas, podría hacer un postre, ya sea compotas, macedonias, batidos, mermeladas o tortas. Otra posibilidad es cocinarlas en almíbar.
Si lo que queda es alguna salsa -de tomate, asado o guiso, por ejemplo- la puede congelar en pequeñas porciones, de forma que sólo descongele la que necesite consumir. Con la de tomate salen unos contundentes espaguetis a la boloñesa.
No bote las sobras de pan

Si son huevos a punto de caducar, hiérvalos, déjelos enfriar, quíteles la cáscaras y prepárelos rellenos de atún. También puede picarlos e incluirlos en ensaladas, sopas o cremas. Otra idea es hacerlos revueltos y completarlos con otros restos de verduras, carnes o pescados.
Los yogures resultan ideales para hacer pequeñas porciones en vasitos con musli, frutos secos, miel o una cucharada de mermelada. También funcionan como salsa y aderezo para ensaladas.
El pan de días anteriores tiene no pocas vidas. Sus sobras las puede convertir en unos croutones para una ensalada, o tostarlo para desayunar o para acompañar unas lentejas o en una sopa francesa de cebolla. También lo puede rallar para empanizar. O también para unas albóndigas perfectas.
Si hace demasiada pasta o arroz, aparte lo que no vaya a comer (sin mezclar con la salsa o los condimentos) y guárdelo en la nevera en un envase apropiado. Resultan perfectos para hacer ensaladas o como guarnición de la carne o el pescado.
Los tomates también se pueden congelar. Cuando estén a punto de pasarse, guárdelos en el congelador, aunque antes deberá escaldarlos durante 10-15 minutos en agua hirviendo y después pelarlos. Servirán para todo tipo de salsas calientes, en platos tan ricos como arroces, pastas, pescados como el atún o la carne guisada en tacos.
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