La carne de ternera puede ser absolutamente sosa o tener un delicado sabor, y esto dependerá de cómo haya sido alimentado el animal. La ternera es un ejemplar joven al que se supone aún lo alimenta la madre. La realidad es que a los pocos días se le separa de ella y se nutre con una mezcla de leche en polvo, cereales y vitaminas.
En general, cuanto más joven es una carne más rosado es su aspecto, y cuanta más añada es, más oscura. El color debe ser vivo y no debe presentar manchas verdes. El tono de la grasa debe ser blanco o cremoso, nunca amarillento. Entre una pieza con la grasa concentrada y otra que la presente veteada, es mejor elegir esta última. Y ojo, porque la ausencia de grasa dará una carne reseca.
En cuanto a la jugosidad, la carne de terneras jóvenes es más seca por tener menos grasay la elasticidad le indicará si está verdaderamente fresca o no. Para comprobarlo se hunde un dedo en la superficie de la pieza y esta debe hundirse ligeramente pero recuperar su forma sin ningún problema.
Otra forma de tener la seguridad de que le están vendiendo carne de ternera es cuando existe una estrecha confianza con el carnicero. Esto le dará la certeza de obtener una carne de primera calidad sin correr el riego de ser estafado.