Conocer en toda su extensión la cultura quesera de España podría tomar muchísimo tiempo. Entre todo este universo de opciones, un queso de Murcia resalta por tener la influencia del vino.
El queso de Murcia al vino, como se le conoce a este ejemplar, es un preparado con Denominación de Origen Protegido (DOP) desde hace años. Se elabora con leche de cabras de la raza Murciano-Granadina, por lo que también se le conoce a este insumo como “cabra borracha”.
En esencia, es una variedad del queso de Murcia curado, que se elabora con la misma materia prima. En este caso, es de pasta firme y compacta cuyo exterior resalta por sus tonos amarillentos. Se deja madurar por un tiempo mínimo de 120 días, lo que le da notas fuertes e intensas, con sabores de frutos secos.
La calidad el queso de Murcia al vino

En el caso del queso al vino, lo primero que destaca es su color entre “granate y violáceo, claramente relacionable con el vino tinto. Esto se debe a los lavados constantes que se hacen con la bebida, que deben ser de algunas de las Denominaciones de Origen de Murcia, durante sus 45 días de maduración”.
Estos pueden ser vinos de Jumilla, Yecla y Bullas. Aunque puedan tener características diferentes entre sí, resaltan por el protagonismo de una uva muy importante en la escena vinícola murciana: la Monastrell.
Se vende en presentaciones cilíndricas que pueden ir desde los 300 gramos hasta los 2.6 kilogramos. “El queso Murcia al vino tiene un aroma punzante, un sabor afrutado no salado y un postgusto agradable que recuerda a leche y nata de cabra“, describe Taste Atlas. Su pasta es semidura y ofrece una textura cremosa.

Según el portal Spanish Fine Cheese, “es una excelente adición a cualquier bandeja de queso. Resalta por ser muy recomendable como aperitivo con pan crujiente o galletas crujientes, o derretido sobre su sándwich favorito. Mejor servido junto con un vino tinto español”. De preferencia, se recomienda el Tempranillo para maridar.
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