Cocina y Vino

Rosca de Reyes, un pan para endulzar el nuevo año

Rosca de Reyes o Roscón de Reyes

Una de las más bonitas tradiciones de la época navideña es la de comer el roscón o rosca de reyes los primeros días de enero, primordialmente el día 6, fecha conmemorativa de la llegada de los reyes magos ante el niño Jesús en la cultura católica.

Se trata de un pan dulce y de consistencia seca que se hace en forma de aro o coronilla, adornada con frutos confitados, azúcar y nueces. Su origen es todavía un tema discutible, pues, evidentemente, a pesar de que tiene connotaciones religiosas, el pan no formaba parte de los presentes que llevaban los Reyes Magos, ni de la dieta de alguno de estos personajes.

Se dice que proviene de las fiestas saturnales de Roma, en las que se veneraba al dios Saturno con la intención de que los romanos pudieran celebrar los días más longevos que vendrían al culminar el invierno. En estas, servían una especie de tortas o panes redondos con miel, higos y dátiles para los esclavos y plebeyos.

Hay quienes dicen que más bien nació como una representación comestible de la corona de adviento, una costumbre cristiana que poca influencia ha tenido, al parecer, en la creación del roscón. Lo cierto es que es una receta muy antigua que ha rondado los países mediterráneos, sobre todo Francia, España y Portugal, donde se denomina “bolo rei” y lo preparan a su manera. De ahí, se hizo popular en muchas naciones de Latinoamérica, como México, Argentina y Venezuela, siendo este último hogar de una gran colonia de inmigrantes europeos.

La cultura católica refiere que este dulce pan es de forma circular pues hace alusión al amor hacia Dios, que no tiene comienzo ni final. Las frutas brillantes y confitadas que van en su cubierta simbolizan las joyas y piedras preciosas que adornaban las coronas de los reyes.

Se elabora con harina de trigo, levadura, leche, huevos, agua de azahar, mantequilla o manteca, azúcar y sal. También se le pueden añadir otros ingredientes, como anís. El agua de azahar es fundamental, pues le da el aroma característico al pan. Suele llevar como adorno o complemento muchas frutas confitadas: naranja, lechosa, cerezas, higos, entre otras. Asimismo, se le puede colocar chocolate, nueces, almendras y azúcar pulverizada. Realmente varía según la localidad y el toque especial del panadero.

En algunos lugares se elabora relleno de crema pastelera, aunque es más común sin relleno. Se come en el desayuno, como postre o en la merienda, con una taza de chocolate caliente o café.

La sorpresa

Otra de las tradiciones en torno a la rosca es la de esconderle una sorpresa dentro de la masa, de modo que le toque a alguno de los comensales en su respectivo trozo. Según el país de que se trate, es distinta la celebración. La sorpresa suele ser una figura que, generalmente, es de plástico, porcelana o cerámica, alusiva al Niño Jesús que, precisamente, era escondido de la realeza al poco tiempo de nacido. Así como puede ser del propio hijo de María y José, se puede hacer de los Reyes Magos o cualquier otro personaje, e incluso monedas.

En muchas partes de España el procedimiento consiste en incluir dentro una haba y una sorpresa, que puede ser lo que sea. Al que le toque el haba debe pagar la rosca, y el que obtenga la otra sorpresa solo debe disfrutar y será condecorado como un rey.

En México se esconden varias muñequitos de Jesús en su interior, y cada persona que obtenga uno es nombrada padrino o madrina del niño, y adquiere la responsabilidad de llevarlo a la iglesia a bendecirlo durante el día de la Candelaria, que se celebra el 2 de febrero.

Y en su país ¿cómo se disfruta la rosca de reyes?

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