Como un término cada vez más popular en el mundo, la gastronomía sostenible más que una tendencia es una realidad. Chefs, productores, distribuidores y, en general, integrantes del sector culinario están hoy en día conscientes de la importancia de del cuidado al medio ambiente y de promover una filosofía ecológica.
¿De qué va todo esto?

En esencia, esta premisa plantea mantener un balance entre lo que se toma y lo que se le ofrece a la tierra. De esta forma, se logra un equilibrio que evita la explotación de recursos y de los terrenos de forma irresponsable y que poco puede perdurar en el tiempo.
Asimismo, la gastronomía sostenible busca aprovechar al máximo lo que todo producto tiene para ofrecer. Esta ha sido la bandera de muchos cocineros para luchar contra el desperdicio de alimentos, una de las problemáticas actuales más delicadas. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, cada año se pierden más de 1.300 millones de toneladas de alimentos a nivel mundial.
Todo parte desde la producción de los alimentos, donde los agricultores o ganaderos priorizan métodos que jueguen a favor del medio ambiente, no en contra. Así, se evitan procesos que incluyan químicos agresivos u otros elementos que afecten la tierra a largo plazo. En cuanto a la producción de carne, se intenta darle una vida digna a los animales, además de proveerles una alimentación basada en pasto natural.

Aunado a todo esto, se le da un valor agregado a la estacionalidad, es decir, al consumo específico de los productos de temporada. Esto no solo garantiza alimentos más frescos y saludables, sino que no se forzará el crecimiento de insumos fuera de una determinada época del año. Esto también aplica en el caso de la pesca, donde se respetan los tiempos de reproducción de las especies para no ponerlas en peligro de extinción.
Los chefs también han dado un espacio especial en sus fogones a los productos propios de sus localidades. Revalorizar los sabores y gustos cercanos hace que la cocina que elaboran tenga un toque más personal y único al no depender de productos clásicos y populares de otras fronteras. Por otro lado, al no tener que ser trasladados a grandes distancias, se reducen las emisiones de carbono y, por ende, la contaminación.
Otra de las revoluciones que ha traído consigo la gastronomía sostenible está en el uso de materiales como el plástico. Son muchos los restaurantes de alta cocina que prescindieron de este o, ante el auge del delivery, buscan usar empaques reciclados o biodegradables para realizar sus entregas.
¿Cómo sumarse a la ola de la gastronomía sostenible?

Hay varias formas de contribuir, con pequeñas acciones, al bienestar del medio ambiente. Algunos ejemplos son:
- Hacer compras más inteligentes: Siempre es recomendable adquirir alimentos pensando en que serán usados en un tiempo determinado. Por eso, comprar para periodos relativamente cortos puede ser una gran alternativa.
- Evitar desperdiciar: En caso de que queden algunas sobras, lo mejor es aprovecharlas y convertirlas en algo más. Siempre hay maneras de darle giros inesperados a insumos que normalmente serían destinados a la basura.
- Evadir los empaques muy contaminantes: Comprar a granel alimentos sueltos puede ser una buena manera de disminuir el uso de plásticos y otros materiales. Además, en caso de comprar frutas y verduras, siempre hacerlo cuando estén sueltas y no envueltas.
- Comer lo local y de temporada: Si en su región se produce algún alimento, consumirlo es un gran apoyo a la industria local. Asimismo, siempre intentar comprar los alimentos de la temporada en curso.
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