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Perros truferos, buscadores de un ingrediente gourmet

El can no solo puede ser el mejor amigo del hombre, sino también de la alta gastronomía. Los denominados perros truferos cumplen una función muy importante para conseguir un fino ingrediente: las trufas.

Una trufa es una especie de hongo comestible que presenta una forma redonda irregular. Esta suele crecer bajo tierra, hasta unos 15 centímetros de profundidad, cerca de árboles y su color puede variar según su clase. Su tamaño puede ser similar al de una nuez o al de una papa y presentan un interior con venas. Existen más de 70 tipos, pero las más conocidas y apreciadas en la cocina son las del género Tuber. Son muy utilizadas como ingrediente en la cocina europea e internacional, siendo muy apreciadas por sus aportes de aroma y sabor a los platos.

La extensa variedad de las trufas
Pueden ser capaces de encontrar varios tipos de trufas, como la blanca o la negra

Dado que crecen bajo el suelo, la tarea de recolectarlas durante su respectiva temporada puede tornarse algo complicada. Por esto se ha recurrido a los perros truferos como aliados en la búsqueda de este insumo.

Gracias a su afinado sentido del olfato, los canes pueden ser entrenados para oler y encontrar las trufas en un terreno determinado. Su asistencia es algo muy común en los países donde son frecuentes.

Buenos amigos en todo momento

Normalmente, cualquier perro puede ser adiestrado para convertirse en un detector de trufas. Sin embargo, algunas razas suelen ser más utilizadas para esta tarea, estando entre las más comunes el Lagotto Romagnolo (Italia), el Poodle o Caniche y el Labrador Retriever, además de otros como Sabuesos. Se busca que tenga un perfil tranquilo, obediente, y ágil, además de un buen olfato.

Perros truferos, buscadores de un ingrediente gourmet
Con un buen adiestramiento, cualquier raza puede ser un perro trufero / Foto vía: AdiestramientoCanino.org

Desde su proceso de crecimiento, el animal debe irse familiarizando con el olor de la trufa. Según explican algunos expertos, la idea es hacer de la búsqueda del hongo un juego para el canino, otorgándole una recompensa por cada vez que encuentre uno. Muchos recomiendan no dar alimentos dulces para no afectar la salud del perro, o insumos con olores fuertes que puedan alterar su sentido del olfato.

Sin duda, estas criaturas no dejan de sorprender con sus múltiples capacidades. Los perros truferos son una muestra más de todo lo que son capaces de hacer estos peludos compañeros.

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