Las donas, conocidas también como donuts, doughnuts o rosquillas, entre otras denominaciones, es un bocadillo al que mucha gente en todo el mundo no puede resistirse. Ya sea como desayuno o como un postre para merendar, tienen infinidad de variedades y sabores.
El origen de estas deliciosas y esponjosas masas circulares fritas no está del todo claro. Algunos autores sugieren que desde la antigua Roma ya existían. Sin embargo, las más parecidas a las que conocemos actualmente provienen del siglo XVIII.
Según datos históricos, a mediados de esa centuria los colonos holandeses llevaron a Nueva York la receta de su pan tradicional olykoek. Es frito y lleva azúcar o mermelada. Desde ese entonces, esta preparación se fue transformando hasta las donas de hoy.

Por muchísimo tiempo, las donas han sido un alimento común en Estados Unidos y el Reino Unido, pero no fue sino hasta la Primera Guerra Mundial cuando se popularizaron en el mundo.
Por lo fácil de llevar que eran, las tropas estadounidenses los llevaban en cantidades apreciables a los frentes de batalla. Incluso, el Ejército de Salvación, organización caritativa, se las llevaba con café a los saldados que estaban sirviendo en las trincheras de Francia, como una manera de agradecimiento a su labor patriótica.
Se estima que una dona glaseada posee aproximadamente 200 calorías. La cantidad de azúcar promedio está entre los 15 a 20 g, a excepción de las donas rellenas.
Donas glaseadas

Existen muchísimos glaseados y rellenos de las donas, algunos de ellos desafían la imaginación. Compartimos una receta sencilla y casera del chef español Sergio Fernández.
Ingredientes
- 150 g de harina
- 75 ml de leche
- 1 yema de huevo
- 40 g de mantequilla
- 40 g de azúcar
- 8 g de levadura de panadero
- Ralladura de limón
- Pizca de sal
- Nuez moscada
- Cardamomo
- Aceite para freír
Para glasear
- 2 cucharadas azúcar glas
- Unas gotas de limón
- Unas gotas de agua
Preparación
- Mezclar la levadura con el azúcar, la yema, la leche, las especias y la sal.
- Añadir la harina y amasar. Cuando comience a formarse la masa, agregar la mantequilla.
- Continuar amasando hasta obtener una masa elástica y homogénea.
- Dejar reposar en un lugar cálido hasta que fermente.
- Volver a amasar y estirar con rodillo debiendo dejar un grosor de 2 cm.
- Con ayuda de dos moldes circulares, uno menor y otro mayor, ir cortando la forma de roscas. Dejar fermentar de nuevo.
- Freír en aceite caliente por ambos lados, escurrir y dejar enfriar.
Para el glaseado
- Mezclar el azúcar glas con el limón y el agua hasta obtener una textura como la miel. Barnizar las piezas y dejar secar.
También le puede interesar: ¿Por qué se pega la comida a la sartén antiadherente?