Tenía apenas 17 años cuando participó en las pruebas para ingresar al Instituto Culinario de Caracas. Hoy, seis primaveras más tarde, es uno de los 210 mejores chefs jóvenes del mundo según la reconocida compañía San Pellegrino.
Merideño de nacimiento y apasionado de los fogones desde muy joven. Es el chef del restaurant El Bosque Bistró, inaugurado hace aproximadamente dos años en su región natal, donde sirve exquisitos platillos de su autoría y con ingredientes netamente venezolanos.
Ahora, en los próximos meses, enfrentará uno de los mayores retos de su novel y promisoria carrera: competirá en la semifinal del S. Pellegrino Young Chef 2018 para poner su nombre y el de Venezuela en la cúspide del ámbito culinario.
Iván García, el primer criollo en acceder a tal instancia en la mencionada competencia, conversó con Cocina y Vino y comentó que se siente “súper honrado y con una gran responsabilidad” de haber quedado seleccionado entre los mejores de la región sudamericana.
Grata sorpresa
“Estaba en mi casa viendo televisión y como a la 1:00 PM me llegó un correo. Estuve como una hora en shock. Fue muy fuerte para mí porque no sé con qué magnitud pueda influir esta experiencia a nivel gastronómico en el país, ni cuál va a ser el alcance que va a lograr la cocina venezolana con mi participación. Es un reconocimiento muy importante”, destacó con un notable entusiasmo.
Y es que su clasificación no es sólo una muestra de que sus dotes en la cocina son ampliamente valiosos, pues su forma de ser lo ayudó a lograr la hazaña. A pesar de que no pudo acceder en la edición de 2016, concretó un nuevo intento y ahora puede alardear de los frutos de su perseverancia.
“El año pasado, mi amiga Alejandra Gibert (chef del restaurante Pra Pra en Mérida) me comentó que debía participar para internacionalizar mi trabajo y me convenció. Estaba súper emocionado e hicimos toda la preparación para participar, pero no me aceptaron”, dijo.
Sin embargo, gracias a un comentario aleatorio renovó sus esperanzas de quedar seleccionado. “Un día estaba conversando con el gerente de mi restaurante y me preguntó qué había pasado con el concurso en el que había intentado participar el año pasado. Me di cuenta de que justamente me quedaba un mes para poder aplicar nuevamente y empecé a preparar todo, otra vez, pero con mayor seguridad y planificación”.
En aquella ocasión, el plato que había escogido fue el Pastel de Chucho, tradicional del estado Nueva Esparta. Pero en esta oportunidad, el Asado Negro fue su elección, pues considera que es un platillo que representa de forma general a toda Venezuela y que incluye cuatro ingredientes que, según su criterio, son fundamentales en la gastronomía criolla: cacao, ron, ají dulce y sarrapia.
Pruebas de fuego
Entre junio y diciembre, Iván deberá viajar a un país latinoamericano que aún no ha sido escogido por S. Pellegrino, en el que deberá enfrentar 20 pruebas distintas que determinarán si podrá ser uno de los 21 cocineros que se enfrentarán en la instancia decisiva. Contó que aun no sabe en qué fecha tendrá que hacerlo ni la cantidad de días que pasará fuera del país.
“No sé qué tipo de pruebas serán, pero estimo que si son 20, por lo menos debo estar una semana en el lugar para cumplir con todos los retos. He visto videos de las semifinales del año pasado y me di cuenta de que pueden exigirme que haga hasta postres o platos con ingredientes sorpresa”, resaltó.
La final se realizará el 8 junio de 2018 en Milán, Italia.
Primeros pasos hacia el triunfo
Iván hizo su postulación a través de internet, tal como el resto de los aspirantes. Mediante una aplicación especial y bajo un reglamento sumamente extenso, logró preparar todos los requisitos para el registro.
La edad de los participantes debía comprender entre 18 y 30 años. Además, exigían que el aspirante desempeñara el cargo de sous chef, chef de partida o chef de un restaurant, o que al menos lo hubiese ejercido durante dos años.
El primer paso del proceso de ingreso consistía en la entrega de ciertos datos personales. El próximo se trataba de la verificación de los datos laborales y, seguidamente, debía enviar una síntesis curricular bajo un formato estricto facilitado por la compañía.
Los formularios podían responderse en ingles, francés, italiano o español.
El último y más complicado procedimiento, según Iván, fue enviar una receta propia con lujo de detalles, que debía ser la del platillo con la que esperaba participar. Él escogió el Asado Negro como su bandera. El mismo que sirven en El Bosque Bistró, con sus variaciones particulares del tradicional.
Además, ese último paso debía incluir tres buenas fotografías del platillo, más las respuestas de dos preguntas que, con base en su testimonio, eran cruciales para la clasificación. La primera consultaba qué mensaje quería enviarle al mundo con el plato seleccionado y la otra solicitaba cuáles eran sus sueños para el futuro.
Evidentemente, las respuestas y el platillo del andino parecen haber maravillado a los jueces de ALMA, la escuela internacional de cocina italiana encargada de evaluar a los aspirantes.
Platillo predilecto
Lo que hace diferente al Asado Negro de Iván García es que la salsa es mucho más oscura que la tradicional, pues es a base de papelón quemado y lleva chocolate con un porcentaje de cacao de 70%.
A este generoso trozo de carne lo acompaña un arroz blanco aromatizado con sarrapia y tallos de cilantro, que va junto a varias texturas de cebolla: una en mermelada, producto de la caramelización de las cebollas desglasadas con ron venezolano, y otras encurtidas con repollo morado y anís.
La combinación de tonos amargos, dulces y picantes, además de la tradición y el simbolismo de este platillo, lo convirtieron en una de sus preparaciones favoritas. Tanto, que fue su principal arma para estampar su nombre en la lista de los mejores chefs jóvenes del planeta.
Sus maestros
Para Iván, sus mas grandes mentores fueron los chefs Héctor Romero y Sumito Estévez, en ese entonces directores del Instituto Culinario de Caracas, donde cursó sus estudios gastronómicos y adquirió gran parte de sus conocimientos.
“Sumito ha sido un pilar fundamental en lo que ha sido mi discurso últimamente, pues estoy muy de acuerdo con las cosas que dice y su forma de pensar. Héctor fue importante en la parte profesional, pues me dio la visión de estética y la seriedad para hacer las cosas”, resaltó. A su vez, otros cocineros como el colombiano Juan Manuel Barrientos y el peruano Virgilio Martínez lo han inspirado considerablemente a pesar de no conocerlos personalmente.
Cuentas pendientes
El semifinalista venezolano posee un currículum bastante completo para su corta edad. Hizo pasantías en varios restaurantes reconocidos, entre ellos, El Comedor, ubicado en la sede del Instituto Culinario de Caracas, dirigido por Héctor Romero; y también en el restaurante Alto del chef Carlos García, ubicado entre los mejores de toda Latinoamérica.
A pesar de que ya posee su propia cocina, aún considera que le falta mucho por aprender en fogones ajenos. “Me encantaría poder hacer unas pasantías en el extranjero. Estuve un tiempo en México y compartí con algunos de los mejores cocineros del mundo como René Redzepi y Mássimo Bottura. Por eso me quedó esa espinita de ir al exterior en algún momento a seguir aprendiendo”, acotó.
Un ejemplo a seguir
Antes de despedirse, Iván aprovechó para invitar a todos los jóvenes cocineros a que se animen a participar, pues “independientemente de la situación en la que pueda estar el país, aquí hay mucho talento y se debe seguir apostando en Venezuela”.
“Estoy seguro de que con mi clasificación, los chicos venezolanos van a tener la confianza para poder participar y se van a dar cuenta de que, perfectamente, pueden clasificar sin importar la situación que está viviendo el país”, añadió.
También opinó que “es difícil pensar que te escojan por encima de países como Colombia o Argentina, pues ninguno de ellos tienen representación en el concurso y poseen una estabilidad económica y social mucho más grande que Venezuela actualmente. Eso tiene mucho valor y quiere decir que ellos toman en cuenta el mérito y el trabajo del chef, más allá de la realidad del país”.
Ahora, a Iván sólo le queda prepararse y esperar que S.Pellegrino le notifique sobre los parámetros de su desafío. Mientras tanto, sus familiares, amigos, y toda una nación lo apoyarán para que logre el tan ansiado pase a la final y puede retornar a Venezuela como el mejor chef joven del mundo.
Para consultar la lista de semifinalistas puede hacer click aquí.