De Italia para el mundo. La mesa navideña y de fin de año no está completa sin un buen panettone. Aquí, algunos tips para dar con el mejor para acompañar la cena.
Conocido también como panetón, es originario del norte italiano, siendo especialmente apreciado en Milán. Es un bollo en forma de cúpula que se hace con masa tipo brioche que se prepara con harina de fuerza, masa madre o levadura fresca, huevos, mantequilla y azúcar. Normalmente, tiene entre 12 y 15 centímetros de alto y se puede rellenar con frutos confitados, pasas o chocolate.
Con una larga historia detrás, hoy en día es tradicional en muchos países de Europa y Latinoamérica. Para conseguir el ideal y no pasar un mal rato, seguir consejos puede ser una muy buena idea.
Para ayudar a los consumidores a elegir un buen panettone para las cenas, la Accademia Marchesi, escuela de cocina italiana, compartió algunos consejos.
Atractivo
La imagen siempre será un buen indicativo. Un preparado de calidad debe ser llamativo a simple vista y verse sumamente apetitoso.
Exterior
“La corteza debe ser cohesiva con la masa, sin desprenderse, de aproximadamente 2,5 milímetros con un color marrón dorado y sin quebrarse”, citan los panaderos de la escuela italiana.
Interior
El interior de un panettone, similar a una especie de panal, debe resaltar por ser “uniforme y bien desarrollado”. Por otro lado, debe tener poco aire en su interior, pues el exceso de este tiende a secarlo más rápido.
Asimismo, es importante evaluar la cantidad, el tamaño y la densidad de los elementos que se agreguen como relleno.
Aromas
Un buen panettone es aquel que tiene un olor muy fresco y natural. Al olfatearlo, varios de sus ingredientes deben ser reconocibles como la mantequilla, la vainilla y los frutos secos.
Muchos expertos recomiendan optar por el que presente fragancias notables pero que no sean muy largas en nariz, pues esto denota presencia de aromatizantes artificiales.
Autenticidad
Para ofrecer ese olor tan particular, el postre tiene que hacerse con ingredientes de buena calidad. Con solo echar un vistazo a la etiqueta se puede descubrir con qué fue hecho y saber si vale la pena, o no, comprarlo.
Además, miembros de la Accademia Marchesi invitan a consumir los que tengan una fecha de caducidad más corta, pues garantiza un panettone más artesanal y sin conservantes.
Complejidad
El proceso de producción genera una gama de aromas variados. Normalmente, muchos se desarrollan una vez terminado. Entonces, se aconseja comer uno que tenga algunos días de reposo para que exponga todo su potencial.
Elegancia
Componentes como las frutas confitadas, la vainilla y las pasas deben usarse en cantidades específicas y ser bien distribuidas en la pieza. Así, se podrá lograr la “elegancia del sabor final
Tacto
Los conocedores de la receta italiana afirman que su textura es similar a la del algodón. Que no debe romperse con facilidad, sino mantener un aspecto tierno y esponjoso.
Consistencia en boca
Un panettone de baja calidad resalta por volverse gomoso en boca y por parecer deshacerse. Al degustarse, lo ideal es que converse su textura suave de una forma más duradera.
Balance
Hay que tomar en cuenta todo lo que ofrece el sabor de la preparación. Los gustos presentes, sean dulces, salados, agrios o amargos, deben estar en perfecta armonía.
Evaluar en conjunto
Finalmente, es importante determinar cómo se complementan todos los atributos del panettone. Si cumple con lo que se busca en cada factor, sin dudas es el ideal.
¿Es un postre que recordará?
Siempre es importante apelar a la memoria del paladar. Pensar si es un preparado que se mantendrá en la mente por mucho tiempo y que se deseará probar nuevamente.
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