Las nuevas tendencias invaden el mundo. La moda, la cultura, la música y por supuesto la gastronomía se han visto obligados a ofrecer experiencias nuevas y desconocidas para el disfrute de sus consumidores. Desde hace ya unos años, surge en Londres y Nueva York una nueva e interesante experiencia culinaria que trata de sorprender a sus comensales. Se trata de los restaurantes pop up. Su propósito principal es que los chef y diseñadores participantes se den a conocer dentro del mundo gastronómico.
Nuevos restaurantes que te atrapan por su ubicación y su rápida fecha de caducidad, conocidos como Pop Up, se destacan por escoger sitios muy peculiares para convertirlos en un restaurante que dure unas pocas horas.
Cualquier lugar puede ser elegido para la velada. Un tren abandonado o una estación de trenes, un jardín escondido, un autobús, un almacén e incluso una antigua fábrica de carros pueden ser los protagonistas de estas mágicas experiencias.
Innovadores, reciclables y de bajos costos. Los restaurantes Pop Up se caracterizan por ser nómadas. Hoy los encuentras en un sitio, pero mañana están en otro completamente distinto presentando nuevos chefs, otro menú y un diseño más sorprendente que el anterior.
En algunos de estos restaurantes pop up, los detalles sobre el menú y la ubicación se mantienen ocultos hasta el final; lo que además le agrega un toque de misterio a esta nueva experiencia que por lo general se anuncian únicamente por redes sociales.
“The Cube” es unos de los restaurantes Pop Up por excelencia. Ofrece una velada únicamente para 18 comensales y se ha hecho tan popular que tiene tres años viajando por la geografía europea. Seguidamente está “Gingerline” el cual recrea un ambiente único mientras vas degustando de los mejores platos y “Dinner in the sky” que ofrece la experiencia inigualable de comer en los cielos.