Las grasas no son bien vistas ni aceptadas. Normalmente las asociamos a una mala salud o un tipo de nutriente nocivo para nuestro organismo, y no es así. Las grasas son una de las principales fuentes de energía de nuestro cuerpo, lo que las hace esenciales en nuestra dieta.
Los tipos de grasas, ¿buenas o malas?
Existen dos tipos de grasas: saturadas e insaturadas. Las grasas saturadas provienen de origen animal. Las insaturadas provienen de vegetales y pescados. El consumo de grasas es realmente necesario para que los organismos funcionen correctamente. Sin embargo, el consumo debe ser moderado en el caso de las grasas saturadas. Por otro lado las grasas insaturadas pueden hacernos mucho bien.
Grasas insaturadas: indispensables.
Las grasas saludables son las que pertenecen al grupo de las insaturadas. Son grasas en estado puro, es decir, ningún otro organismo las ha transformado anteriormente, por lo que están a disposición de nuestro cuerpo para ser transformadas a su antojo y aprovechadas al máximo. Este tipo de grasas se encuentran en alimentos de origen vegetal como el aceite de oliva virgen o en el pescado en el que se encuentran en forma de omega 3. Su consumo regular es indispensable para un buen funcionamiento de nuestro organismo.
Una alimentación rica en este tipo de ácidos grasos insaturados nos ayudará a evitar enfermedades como las cardiovasculares, pues debido a sus propiedades depurativas de la sangre tienen la función de reducir el nivel de colesterol y de triglicéridos en la sangre.
Hay que cuidarse de las grasas saturadas
Por otro lado tenemos las grasas saturadas, las cuales también son indispensables para el buen funcionamiento de nuestro organismo, pero su consumo debe ser muy limitado. Este tipo de grasas se encuentra en la carne, aceites de coco y de palma, muy utilizados en la bollería industrial y alimentos preparados industrialmente. Una ingesta habitual de este tipo de alimentos desembocará en aumento del colesterol y en la dificultad del organismo para reducirlo.
Por todos estos motivos debemos consumir principalmente grasas insaturadas que nos aportarán la salud y el bienestar necesario para nuestro organismo, así como la energía que requerimos para el buen funcionamiento del organismo.