Food Ink se ha denominado el “primer restaurante que imprime su comida en 3D en el mundo”. El restaurante utiliza impresoras producidas por la empresa holandesa ByFlow para crear platos de hummus, mousse de chocolate, guisantes, queso de cabra o masa de pizza; básicamente cualquier alimento que pueda tomar la forma de una pasta.
La experiencia tridimensional (una cena de nueve platos) cuesta unos 300 euros e incluye creaciones como una espiral de chocolate y una tortita crujiente de algas adornada con un motivo de mayonesa en forma de circuito. Todo se imprime capa por capa.
Este restaurante del futuro está acuerdo a su filosofía, el equipo está “poniendo a trabajar las tecnologías más innovadoras, como la impresión 3D y la realidad aumentada, con el fin de elaborar la más exquisita experiencia interactiva comestible”.
¿Qué podrán disfrutar los comensales en este restaurante?
Caviar mediante impresión 3D. Terrina de ‘foie’ y pan de especias trazando un camino de huellas de pato. Paletillas de cabrito al vino tinto y puré de patata ‘ratte’ 3D describiendo singulares formas geométricas.
Todos los platos del menú llevan manjares impresos en 3D, pero no toda la comida ha pasado por las máquinas. Para dar un “valor añadido” a la experiencia, todo el proceso de impresión 3D se realiza en frente de los comensales y en tan solo unos minutos. Además, el propio mobiliario forma parte del evento. Los asientos, las mesas, los cubiertos, los platos y hasta los saleros han sido impresos en 3D.