La técnica y la receta son germanas, sí, pero estas casitas de jengibre guardan en sus paredes, amén de las clásicas especias, sirope de papelón y un toque de cacao criollo. Es la propuesta para la Navidad de la pastelería venezolana El Dulce (@eldulceve), que regentan con buen tino y mejo sabor los hermanos Randall y Antonio Sevilla, chef y gerente.
“Concebimos una mezcla entre la receta americana y la alemana con el toque de El Dulce. Es decir, criollizada. La alemana se hace a partir de miel y es muy especiada. En Estados Unidos utilizan sirope de maple en lugar de miel. Nosotros decidimos emplear jarabe de papelón y melaza, buscando añadir un sabor más propio. También tratamos que las especias no sean muy invasivas, sobre todo para los niños, y para darle un poco más de dulzor y astringencia a la galleta, lleva cacao. Están decoradas con un glaseado blanco a base de limón, chocolate, grageas doradas y plateadas y pastillas de colores.”, explican los Sevilla.
Inspiradas en la Colonia Tovar
Las 13 galletas que componen la casita de El Dulce están hechas de canela, clavo de olor molido, nuez moscada y, por supuesto, jengibre. “No llevan químicos ni huevo ni leche, por eso el jengibre se nota más en el paladar, pero ese cosquilleo en la boca no es agresivo y deja buen sabor. El cemento es el glaseado de limón. No hay un solo palillo. Puedes irla desarmando para comértela”.
Los pasteleros refieren que en los países sajones, las casitas son parte de la decoración navideña hasta el día de reyes. Es entonces cuando suelen comerlas. De allí que las galletas deban llegar en óptimas condiciones hasta el 6 de enero -incluso, más allá-, y para ello la masa debe estar hecha correctamente.
De altura miden entre 25 y 30 centímetros, incluida la chimenea, y un muñequito da la bienvenida en la fachada. Tienen piso, techo a dos aguas, ventanas y una puerta que puede estar abierta o cerrada, según lo prefiera el cliente.
“Los diseños que utilizamos están inspirados en la Colonia Tovar, ese rincón alemán en Venezuela que cuenta con una arquitectura pintoresca y típica de la Selva Negra”, relatan los hermanos Sevilla.
La oferta navideña de El Dulce se complementa con muñequitos de jengibre decorados que se venden en forma individual y unas minicasitas especiales que encajan perfectamente en los mugs y tazas donde se sirve el chocolate caliente. También ofrecen un kit para armarlas en colaboración con los niños, una costumbre muy nórdica y entretenida.
Para adquirir o solicitar información estos y otros postres pueden escribir a [email protected] o visitar su cuenta de Instagram @eldulceve. También atienden vía telefónica al +58 424-2108430.
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