Los granos tostados de cacao -proveniente de la planta cacahuaquahitl–,molidos en un fino polvo, formaban parte de la subsistencia diaria de los antiguos mayas, pues comenzaban sus días con una bebida del amargo, espeso y espumoso brebaje, que les parecía sabrosa.
Y si bien es cierto que el cacao es originario de Suramérica, quienes comenzaron a procesarlo y convertirlo en bebida, fueron los aztecas en México. Por algo lo denominaron “el alimento de los dioses”.
Esta historia les sirvió de inspiración a dos profesoras de la Universidad Central de Venezuela (UCV) para crear hace seis años su propia marca: Cakawa. Se trata de Soraya El Achkar, con 23 años dando clases de pedagogía y actualmente jefa de cátedra de la facultad de Humanidades. La otra es Esther Rojas, docente de arte ya retirada.
Ambas comenzaron a fundir chocolate en casa para hacer bombones. Con el tiempo se fueron a Italia a incrementar su formación, aprender sobre esa técnica y utilizar las maquinarias necesarias para crecer en ese rubro, apelando a distintos cacaos venezolanos bajo la modalidad bean to bar.
Hasta que en 2017 montaron su propio laboratorio en Caracas, con los equipos necesarios para elaborar sus propios productos, manteniendo la estabilidad del sabor. “El trabajo ha sido enorme, porque fuimos consiguiendo los recursos poco a poco, con inversión familiar”, precisa El Achkar.
En ese proceso se les unió la visión más joven, la de Jade Pericaguan, enfermera y maestra chocolatera. Pero en agosto de 2019 fue cuando dieron un salto y comenzaron a comercializar sus elaboraciones.
Manteniendo el terroir
Las socias de Cakawa dejan claro que se esfuerzan para que su chocolate no se aleje de su terroir, de manera que son cuidadosas para que sus tabletas mantengan el aroma y el sabor del grano original. Realizan estudios para acometer la formulación, el conchado y el tostado requerido.
Actualmente ofrecen cinco propuestas. La de nombre Bahía es a base de cacao Patanemo (66%), que destaca por sus notas de café, madera, especias, frutas tropicales y tabaco.
San Juan es con cacao de Barlovento (71%) y sobresale por sus notas a pasas, plátano, uva de playa, papelón y ligeros tonos de tabaco.
Península tiene cacao de Río Caribe (73%) y en boca resaltan notas de maní, nueces, malta, panela, flores, aromas a frutas y dejos a tierra.
Delta es hecha con cacao Sur del Lago (75%), donde se dejan sentir notas almendradas, pasas, tostado papelón y malta.
La quinta tableta es reserva privada, edición limitada, y viene numerada. Está elaborada con cacao de Barinas (71%), con notas a frutas rojas y dejos de nuez moscada y miel.
Ricas y variadas opciones
En Cakawa hay otros productos que pueden adquirirse en su laboratorio-tienda, en la urbanización Altamira. Tienen una línea fina de bombonería, para la que utilizan frutas tropicales y amazónicas, frutos secos, licores y especiados. Todos son elaborados con el cacao de Barlovento.
Trabajan también los grajeados recubiertos con chocolate: con naranjas, pasas, frutos secos, cereales y granos de café. En este último, tras una alianza que la marca ha hecho con el Proyecto Alcatraz, programa de la Fundación Santa Teresa, destaca Pericaguan. “Ese grano de café tostado está cubierto con chocolate Barlovento 71%”.
Igualmente, hay barras energéticas, galletas y en sus instalaciones puede disfrutar de una rica taza de chocolate caliente, sin leche, vale acotar. Para estos días decembrinos ofrecen un panettone individual saborizado con agua de azahar.
Coordenadas
Cakawa Chocolates está en la primera transversal de Altamira, residencias Mónaco, planta baja, local L9. (212) 2630309. www.cakawa.com.
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