“Lo más importante es la cercanía con el comensal, trasladarlo a una experiencia sensorial grandiosa”. A partir de esta premisa Diego Guerrero —chef y propietario— creo todo el concepto culinario de lo que hoy conocemos como DSTAge.
A Diego Guerrero lo preside su trayectoria en los fogones. Desde su formación en las cocinas de Martín Berasategui, hasta su prolongada estadía en El Club Allard –donde se alzó con dos estrellas Michelin— se ha desarrollado su propio estilo culinario a través de la vanguardia y la creatividad.
En su búsqueda insaciable por renovarse crea un nuevo concepto mucho más cercano al comensal. La materialización de esta idea tiene un nombre: DSTAgE, ubicado en Madrid y que abrió sus puertas en 2014.
DSTAgE, rompiendo el corsé de alta cocina
Uno de los grandes sellos distintivos de DSTAgE es su ímpetu por salir de los esquemas tradicionales de la alta gastronomía. “Es un formato de alta gastronomía exento de muchos corsés; con esta idea creo que me acerco más a la concepción actual de un restaurante y, por lo tanto, gano en cercanía con el cliente. Además, creo que, con este concepto, me siento cómodo a la hora de desarrollar mi cocina”, explica Diego Guerrero.
El escenario idílico para la experiencia sensorial
Para Guerrero, el concepto del restaurante refleja su concepción actual de la cocina y de cómo quiere que sea su relación con el comensal. “Lujo son las pequeñas cosas, como oler, saborear y disfrutar”, frase que se ha convertido en la base del concepto del comedor.
Por ello conceptualizó el diseño del comedor como una suerte de escenario; donde el comensal tiene la oportunidad de disfrutar lo que normalmente ocurre tras bastidores.
“Necesitábamos crear un espacio diseñado por y para la experiencia, por eso empecé a pensar en un escenario. Un escenario ya que, la gente quiere ver la cocina; la gente quiere ver al equipo, quiere ver qué pasa detrás. Y, a partir de ahí, como cocinero también sientes un deseo de enseñar cuánto más puedas tu trabajo”, afirma el cocinero español.
La cercanía creada con el concepto del comedor forja una especie de complicidad entre los cocineros y el comensal; donde éste último también pasa a ser una suerte de actor en medio de este escenario culinario.
La esencia de su peculiar nombre
DSTAgE responde a las iniciales de un acrónimo que significa en el fondo oler, saborear, sonreír, crecer, disfrutar, sorprenderse. Y es que eso es precisamente lo que Diego Guerrero quiere transmitir: el lujo inmerso en la esencia y simplicidad de las cosas.
Detrás de un nombre, aparentemente sencillo, hay mucho concepto detrás. Pero sin hacer alarde de ello. “Queremos afianzar un nombre en el que está implícito el escenario; luego la D de Diego, la G de Guerrero, el nombre de quién está detrás de la idea. Luego, también, responde a un acrónimo que responde a toda la filosofía de todo lo que hacemos. Y todo eso está implícito en un nombre que resume todo lo que es nuestra cocina”, expresa.
Todo lo que ocurre en el comedor madrileño tiene un por qué y una razón de ser; cada uno de los detalles están dispuestos de crear ese momentum especial en el comensal, donde la experiencia evoque sus sentidos más primitivos.
“Para nosotros el verdadero lujo al día de hoy no está en los palacios, en las cosas muy caras… el verdadero lujo está en la sonrisa, en la cercanía, en la complicidad. Eso es lo que pretendemos transmitir en DSTAgE, ese trato muy profesional pero muy cercano. No informal, nunca decimos que es informal, somos cercanos que es diferente. Hemos desnudado la cocina, la magia está en el plato y en el trato de las cosas”, añade Guerrero.
El éxito irrefutable
La lluvia de éxito para el restaurante no se ha hecho esperar. Con solo ocho meses de funcionamiento, DSTAgE logró su primera Estrella de la Guía Michelin. Además, Guerrero recibió, en ese mismo lapso de tiempo, un sol de Guía Repsol; dos M de Guía Metrópoli —editada por el diario ‘El Mundo’—; así como el Premio Metrópoli ‘Restaurante Revelación’ y una mención de honor como ‘Restaurante del año’ concedida por esta revista.
Para Guerrero y su restaurante el éxito no se ha detenido. Hoy día su comedor ostenta dos iluminarias de la prestigiosa guía roja; así como números reconocimientos internacionales.
Por Lorena Centeno