El pan de jamón se ha ganado su puesto en esa especie de salón de la fama que es el plato navideño venezolano. Por tratarse de una comida que se asocia con celebración y fiestas, es una gran idea tener un par de vinos en mente para acompañarlo.

Buenas migas
Se ha de tomar en cuenta que, aunque se trata de un alimento con jamón, el pan lleva pasas, por eso es ligeramente dulzón. Amén de eso, las aceitunas y las alcaparras le aportan una nota ácida difícil de armonizar.
De ahí que un vino tinto joven, que no opaque el jamón ni se torne muy severo con el resto de la sazón, sea lo conveniente.
Un tempranillo le irá bien. Puede ser el de Pomar, para mantenerlo “todo en familia”, con una copa también venezolana, o se puede optar por algo clásico, como un Rioja español. En los anaqueles hay
Si el pan de jamón se ofrece como aperitivo, antes de la comida principal, lo más adecuado será armonizarlo con un rico espumoso.
Nuevamente, unas burbujas paisanas como las del Pomar Brut serán fantásticas. Asimismo, un rico prosecco, ligero y alegre, será una gran alternativa.
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